Un televidente asegura que la casa que su abuela heredó de su hija fallecida desapareció rápidamente; según una página de internet, fue vendida por $325,000. Afirma que cuando fue nombrado como cuidador de la mujer, tuvo acceso a su cuenta de banco y no vio registros de que ella hubiera recibido dinero por el inmueble. Gilberto Cabrera, portavoz de AARP, explica que uno de los métodos más comunes de abuso financiero a los ancianos sucede a manos de un ser cercano.
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