A partir del 1 de julio de 2026, los préstamos federales para estudiantes sufrirán algunos de los cambios más radicales que han experimentado en décadas, bajo las previsiones de la llamada 'Gran y Bella Ley' que el presidente Donald Trump promulgó a mediados de año. Y entre esos cambios está la cantidad que los aspirantes puedan solicitar en préstamos según sea la profesión o si el gobierno considera que es una profesión.
Las carreras que el gobierno de Trump no considerará una profesión y el impacto que eso tendrá para los estadounidenses
La llamada 'Grande Bella Ley' del presidente Trump introduce agresivos cambios en el sistema de préstamos estudiantiles, limitando el monto que los estudiantes podrán recibir y quiénes podrán hacerlo, según sea la profesión que estudien. Enfermeros y arquitectos, por ejemplo, quedarán fuera.

La ley impondrá límites de endeudamiento, eliminará ciertos tipos de préstamos e introduce planes de pago simplificados y mayores oportunidades de subvenciones, en una reforma del sistema que promete transformar cómo las familias gestionan la educación superior de sus hijos.
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Y una parte importante de esa transformación es lo que se considerará “profesional” a la hora de estudiar. El gobierno de Trump ha reducido esa lista dejando fuera carreras como enfermería, arquitectura o terapistas.
Será algo crucial para los presupuestos familiares estadounidenses, porque el costo de obtener un título universitario se ha duplicado en promedio en los últimos 30 años, según un reporte de la Radio Pública Nacional, NPR.
¿Qué es lo nuevo que trae la ley?
Según los términos de la llamada 'Gran Bella Ley' de Trump, en julio entrará en funcionamiento el Plan de Asistencia para el Reembolso (RAP) que reemplazará los programas actualmente existentes.
Con eso, se eliminará el programa Grad PLUS, que ayuda a estudiantes de posgrado y profesionales a cubrir sus gastos educativos y serán eliminados los préstamos Parent PLUS, que permite a padres gestionar préstamos para sus hijos dependientes estudiantes universitarios.
El sistema RAP "nuevo y simplificado", según la definición que hace el Departamento de Educación, limitará los préstamos a $50,000 para estudiantes profesionales y a $20,500 para estudiantes de posgrado.
Pero además, los títulos que se consideran profesionales y no profesionales serán factor determinante en la cantidad de apoyo financiero que recibirán los estudiantes. La administración ha presentado una lista de títulos que no serán más no clasificados como "profesionales".
Carreras que ya no se consideran "profesionales"
Enfermería, auxiliares médicos, fisioterapeutas, audiólogos, arquitectos, contadores, educadores y trabajadores sociales quedan fuera de la clasificación, algo que ha generado sorpresa entre varios de esos gremios y estudiantes de esas carreras, algunas de las cuales tienen una alta demanda, sobre todo las relacionadas con el sector salud.
Ingeniería, maestrías en administración de empresas, consejería o terapia y la logopedia tampoco se considerarán "profesionales".
Según el Código Electrónico de Reglamentos Federales, en la sección 668.2 de definiciones generales se indica qué se entiende por “título profesional”
“Título profesional: Un título que implica tanto la finalización de los requisitos académicos para comenzar a ejercer una profesión determinada como un nivel de competencia profesional superior al que normalmente se requiere para una licenciatura. Generalmente, también se requiere una licencia profesional”, dice el reglamento.
Y se cita como ejemplo de títulos profesionales Farmacia, Odontología, Medicina Veterinaria, Quiropráctica, Derecho, Medicina, Optometría, Medicina Osteopática, Podología y Teología, “entre otros” y aclara que son ejemplos que no necesariamente limitan otras profesiones.
Salud, el sector potencialmente más afectado
Muchos están preocupados por el impacto que esto tendrá en los estudiantes que se forman en estas profesiones, pero en el sector salud están particularmente preocupados por cómo podría reducirse el número de enfermeras en todo el país si menos estudiantes deciden ingresar a la profesión por motivos económicos.
“En muchas comunidades del país, especialmente en zonas rurales y marginadas, las enfermeras tituladas de práctica avanzada garantizan el acceso a atención esencial y de alta calidad que de otro modo no estaría disponible”, declaró Kennedy en un comunicado.
La Asociación Estadounidense de Enfermeras ha iniciado una petición para que el Departamento de Educación incluya la enfermería como título profesional.
Kim Litwack, decana de la Facultad de Profesiones y Ciencias de la Salud de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, afirmó a NPR que casi todos los estudiantes de posgrado de su institución dependen de la ayuda financiera federal porque reducen sus trabajos de tiempo completo para regresar a la universidad.
“Los auxiliares médicos y las enfermeras profesionales brindan una gran cantidad de atención médica en este país. Si esa ayuda financiera desaparece, creo que nos enfrentaremos a serias amenazas para la atención primaria y la prestación de servicios”, declaró Litwack.
Actualmente, hay más de 260,000 estudiantes matriculados en programas de Licenciatura en Ciencias de la Enfermería de nivel inicial y alrededor de 42.000 en Grado Asociado en Enfermería, según datos de la Asociación Americana de Enfermeras.
Algunos advierten que dejar a la enfermería fuera de la clasificación de profesional podría reflejarse en una reducción del número de trabajadores de enfermería disponibles en el país, un sector de por si deficitario y que requiere mano de obra, lo que eventualmente podría impactar en la calidad de los servicios de salud que se ofrecen a los estadounidenses.
Para 2030 se estima que habrá un déficit de 500,000 enfermeros en el país, de acuerdo con el sitio web de Registered Nursing, una organización que representa a profesionales del sector.






