Para Milagros Díaz, residente de Guánica, 20 años no han mitigado por completo el dolor por la pérdida de su hija Lourdes, una de las miles de víctimas por los ataques del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York.
'La recuerdo todos los días': Madre en Guánica recuerda a su hija, víctima del 11S en Nueva York
Milagros Díaz reconoce que todos los días recuerda a su hija, Lourdes, quien fue una de las miles de víctimas fatales de los ataques al World Trade Center de Nueva York el 11 de septiembre de 2001.

Millie mantiene en el recuerdo cada día desde entonces a su hija, quien tenía 33 años en el momento del atentado.
“A ella la recuerdo todos los días, todos los días, 24 horas al día. Especialmente, a veces voy manejando y me voy tragando las lágrimas. No he podido, no puedo, no lo puedo sacar, no puedo sacar”, comparte Millie.
Días antes de los ataques, Lourdes visitó a su familia en Puerto Rico y su madre tuvo una especie de premonición al momento de la despedida.
“Y cuando la despedí ese sábado que ella se iba para Nueva York, la llevaban mi otra hija y el esposo, yo le di un abrazo bien fuerte. Nos abrazamos fuerte y yo sentí ahí como, como si ese hubiese sido el último abrazo que yo le iba a dar a ella. Y yo me quedé con una congoja tan grande en el corazón”.
Al enterarse de los ataques a las Torres Gemelas, Millie esperaba que un cambio en la rutina de su hija le hubiera salvado la vida.
"Yo decía entre mí: ‘tiene que haber un milagro, mi hija tiene que haber llegado tarde a trabajar’ y empezamos a marcar el número de ella y sonaba ocupado, sonaba ocupado, nadie contestaba y yo con esa desesperación”, recordó. "Le dije a mi hijo ‘tengo que dormir por lo menos cinco minutos’. Y él me lleva a la cama, me arropa y ahí vi a mi hija tirada en el piso vestida de blanco con su pelo largo tirado así y vi el espíritu de ella que se levantó, se fue levantando, la persona de ella, el espíritu y me abrazó fuertemente y yo sentí ese calor, en mi cuello, en mi cara y me desperté así y voy y le digo a mi hijo: ‘mi hija murió’. Me dice ‘¿cómo lo sabes?’ Porque su espíritu me acaba de abrazar”.
Sin tener certeza inmediata sobre su destino, la familia Galleti Díaz pasó meses hasta que pudieron iniciar los ritos de despedida. Millie viajó a Nueva York y pudo recibir “unos pedacitos de ella” para hacer un funeral de su hija.
"Siete meses después yo le hice a ella un entierro simbólico. Lo primero que encontraron fue una carterita pequeña de ella con un dinero y las identificaciones. Yo fui a los headquarters a buscarlo y después me llamaron que habían encontrado unos pedacitos de ella y, pues, yo los traje a Puerto Rico. Vinieron así como en una cajita de bebé”.

















