“Me dan ganas de llorar al ver mi negocio cerrado” dueña de boutique de Sacramento no volverá abrir su negocio por la pandemia.

SACRAMENTO, California.- A Maria Ayala se le corta la voz al recordar como 16 años de trabajo duro vendiendo vestidos para quinceañeras y bodas ahora no es más que un local vacío. “Trabajé muchos años, me da nostalgia, es difícil pero tengo que empezar de nuevo a ver que hago” dijo a Univision.

La primera vez que Univision entrevistó a la dueña de Rebelde Fashion Boutique de Sacramento, fue el pasado 21 de mayo, María Ayala aún guardaba la esperanza de recuperarse de las pérdidas y se preparaba para la reapertura de negocios, tras casi tres meses de cierre.

Sin embargo, dos meses después, la realidad de este negocio es desafortunada, los vestidos aún continuaban en los maniquíes. A su dueña no le quedó más remedio que cerrar su negocio ya que no le alcanzaba para pagar los 1,400 dólares de renta del local. “ Fue un trabajo de 16 años y en cinco meses se acabó” lamenta.

La ciudad de Sacramento aprobó a inicios de julio más de 17 millones de dólares para ayudar a negocios golpeados por la pandemia.

"El setenta y cinco por ciento de estos recursos de pequeñas empresas, o 15 millones de dólares, irán directamente a la diversidad, inclusión y equidad", dijo el alcalde de Sacramento, Darrell Steinberg.

Sin embargo, María Ayala originaria de Guadalajara, Jalisco decidió no aplicar a ningún tipo de ayuda por temor a no cumplir con los requisitos y porque pensó que podría ser dinero que deberá reembolsar en el futuro.

La situación de este pequeño negocio, solo es una de miles. Un reciente estudio de la Universidad de Chicago publicado el 5 de mayo indica que muchos de los trabajos que se han perdido producto de la pandemia, son trabajos que se han ido para siempre. "Encontramos tres nuevas contrataciones por cada 10 despidos causados por la conmoción y estimamos que el 42% de los despidos recientes resultarán en la pérdida permanente del trabajo". explica en el informe del Instituto Becker Friedman de la Universidad de Chicago.

Por lo tanto, la palabra "reinventarse" cobra importancia a fuerza de costumbre, ante este nuevo escenario, María Ayala por ejemplo, no se ha quedado de brazos cruzados, su habilidad con las tijeras y las agujas, las está utilizando para fabricar mascarillas que vende como un alternativa ante estos tiempos de crisis.

“Tengo 33 años de trabajar aquí, desde que llegué a Estados Unidos compré un negocio y otro, compré un restaurante, una Boutique, esta es la primera vez en mi vida que cierro un negocio” lamentó Ayala.