En caso de que te cueste mucho beber agua, sí podemos intentar saborizarla introduciendo en una botella algunos pedazos de fruta fresca troceada, o algunas hojas machacadas de nuestra especia favorita. De este modo podemos conseguir agua con un ligero sabor a fresa, sandía, manzana o cualquier fruta que hayamos elegido, o bien agua fresca con un poco de sabor a menta. Más información
aquí.