Cuando los contagios por coronavirus aumentaron durante la primera Presidencia de Donald Trump, su respuesta apuntó a un camino fácil: limitar la cantidad de pruebas para que los brotes lucieran menos graves. Cuando perdió las elecciones de 2020, dio un supuesto motivo sin evidencia: un presunto fraude en el conteo de los votos.
Al poner en duda los datos de empleo, Trump sigue su patrón de desacreditar las cifras que le molestan
Donald Trump tiene un patrón de conducta cuando los números muestran una realidad que le resulta incómoda: desacreditar u ocultarlos y atacar a quien los anuncia públicamente. Eso, de paso, puede socavar sus esfuerzos por tratar de convencer a los estadounidenses y al mundo de que la economía de EEUU se está fortaleciendo.

Y, este viernes, cuando el reporte de empleo de julio mostró revisiones significativas de las cifras de meses previos que señalaron un debilitamiento económico, el presidente tuvo una respuesta casi inmediata: despidió a la encargada de la oficina de estadísticas laborales, Erika McEntarter, y dijo que el informe había sido supuestamente "manipulado".
Trump tiene un patrón de conducta cuando los números muestran una realidad que le resulta incómoda: desacreditar u ocultarlos y atacar a quien los anuncia públicamente. Eso, de paso, puede socavar sus esfuerzos por tratar de convencer a los estadounidenses y al mundo de que la economía de Estados Unidos se está fortaleciendo.
"Nuestro sistema democrático y la fortaleza de nuestra economía depende del flujo honesto de información sobre ella, sobre el gobierno y sobre nuestra sociedad", dijo Douglas Elmendorf, profesor de la Universidad de Harvard y exdirector de la Oficina de Presupuesto del Congreso. "La administración Trump está tratando de suprimir los análisis honestos", consideró.
La estrategia del presidente republicano trae consigo riesgos significativos para su propio gobierno y para una economía que depende de datos sin tintes políticos. Sus denuncias amenazan con minar la confianza en el gobierno y erosionar la rendición de cuentas públicas. Además, cualquier manipulación de los datos federales llevará a que se tomen decisiones de política pública tomando en cuenta números inexactos, lo que desencadenará entonces problemas para el presidente y el país.
La Casa Blanca disputa cualquier reclamo de que Trump quiere esconder ciertas cifras que desentonen con su narrativa. Dijo también que Goldman Sachs describió las revisiones de los números de creación de empleos como las más significativas desde 1968, sin contar períodos de recesión. Los asesores del mandatario además afirmaron que su prioridad es asegurarse de que los indicadores brinden una lectura correcta de la realidad.
No es la primera vez que Trump intenta dar una narrativa distinta de cifras clave
El presidente en el pasado ya ha desestimado datos que le han resultado desfavorables o incluso ha fabricado cifras más cómodas para él. Es un patrón que ha incluido el valor de su patrimonio, resultados electorales y cifras del gobierno. Estos son algunos ejemplos:
➖ El juez Arthur Engoron determinó en una demanda presentada por el estado de Nueva York que Trump y su empresa defraudaron a bancos, aseguradoras y a otros al dar una valoración muchísimo más alta de la real a sus activos y al exagerar el valor de su patrimonio en documentos usados para alcanzar acuerdos y conseguir préstamos.
➖ Trump ha reclamado sin evidencia que las elecciones de 2016 y 2020 estuvieron amañadas. Él ganó las presidenciales de 2016 al obtener los votos necesarios del Colegio Electoral, pero perdió el voto popular frente a Hillary Clinton, y desde entonces ha dicho falsamente que millones de inmigrantes indocumentados votaron a favor de la entonces candidata demócrata. Luego, en 2020, perdió las elecciones contra Joe Biden y pese a eso afirmó sin dar evidencia creíble que él había sido el ganador.
➖ En 2019, cuando el huracán Dorian se acercaba a la Costa Este, Trump advirtió a los residentes de Alabama que el ciclón los afectaría. Meteorólogos lo corrigieron diciendo que ese estado no estaba en el trayecto del huracán. Pero Trump después mostró un mapa alterado con un marcador Sharpie en la Oficina Oval, en el que incluyó a Alabama en el potencial trayecto de la tormenta.
➖ El gobierno de Trump dejó de publicar reportes sobre el cambio climático, suspendió el acceso a los estudios sobre las vacunas y removió información sobre identidad de género de las webs del gobierno.
➖ Cuando aumentaban las muertes a causa del coronavirus durante la pandemia, Trump sugirió que deberían hacerse menos pruebas. "Cuando se realizan tantas pruebas, vas a encontrar más personas" contagiadas, dijo el 20 de junio en un mitin en Oklahoma. "Vas a encontrar más casos, así que le dije a mi gente: 'Reduzcan las prueblas, por favor'".
Si bien las acciones de Trump han sido denunciadas por economistas, científicos y grupos de interés público, Elmendorf dijo que en lo que respecta a los datos económicos, el Congreso podría inmiscuirse y, por ejemplo, ponerle límites sobre a quién podría elegir como encargado de agencias federales.
"Los observadores externos pueden llegar hasta cierto punto", dijo Elmendorf. "El poder de encarar al presidente recae en el Congreso. (Los legisladores) no han ejecutado ese poder, pero podrían".
La Casa Blanca asegura que gente de su entorno hará que los datos sean "más confiables"
Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, se centró en la magnitud de las revisiones a la baja de las cifras de empleo (el número de la creación de nuevos puestos de trabajo fue recortado en 258,000 en mayo y junio) para cuestionar la credibilidad del reporte. Agregó que Trump está enfocado en que haya números confiables, pese a que el propio presidente vinculó la política con la revisión de las cifras al decir sin evidencia que las habían hecho para hacerlo quedar mal.
"El presidente quiere tener a su gente (en la Oficina de Estadísticas Laborales, BLS) para que, cuando veamos los números, estos sean más transparente y confiables", dijo Hassett el domingo en NBC News.
Jed Kolko, del Peterson Institute for International Economics, un experto de la Oficina del Censo y de la Oficina de Análisis Económico (BEA) durante el gobierno de Joe Biden, recalcó que las cifras suelen ser revisadas. Esto se debe a que los números se publican mensualmente, pero no todos los sondeos que se usan para llegar a ellas son entregados con la rapidez necesaria como para que queden reflejados en el reporte inicial.
"Las revisiones resuelven la tensión que se da entre la puntualidad (de que el reporte sea divulgado en la fecha programada) y la precisión del mismo", explicó Kolbo. "Queremos que los datos estén a tiempo porque quienes toman las decisiones de política pública y los inversores necesitan poder hacerlo con los mejores datos que pueda haber disponibles. Pero también necesitan que sean precisos", agregó.
"Los empresarios serán más reacios a invertir si no pueden confiar en los datos sobre el trayecto que lleva la economía", acotó.
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