QUEENS, N.Y. - Un antiguo embalse de Queens, que en su día sirvió para llevar agua a muchos neoyorquinos, ofrece ahora un refugio de la vida urbana. Se trata del Ridgewood Reservoir, donde, gracias a los programas públicos de la organización NYC H2O, los visitantes pueden aprender sobre la naturaleza que los rodea.
Ridgewood Reservoir: un refugio para conectar con la naturaleza en medio de NYC
El Ridgewood Reservoir, un antiguo embalse de Queens, que en su día sirvió para llevar agua a muchos neoyorquinos, ahora sirve como un refugio de la vida urbana, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de aprender sobre la naturaleza que los rodea.


“De hecho las puedes comer, solo las hojas, para problemas digestivos o para aumentar el apetito”, dijo Jocelyn Perez-Blanco, mientras señalaba hacia lo que parecía ser un bulto de hiedra venenosa.
Se trata de una hiedra inglesa, una versión ornamental de su prima peligrosa que se encuentra en el Ridgewood Reservoir, un humedal protegido ubicado en Highland Park en la ciudad de Nueva York.
Perez-Blanco, una ecologista urbana y educadora ambiental, dirige un recorrido sobre plantas medicinales con NYC H2O, una asociación sin ánimo de lucro que busca educar a los neoyorquinos sobre su entorno natural, particularmente en el Ridgewood Reservoir.
El recorrido, que se realizó dos veces en el mes de noviembre debido a su popularidad, forma parte de los esfuerzos de NYC H2O para promover el cuidado del medio ambiente y difundir programas públicos en este humedal protegido, enclavado entre Brooklyn y Queens.
La meta, según el subdirector de NYC H2O David Chuchuca, es que a través de un mayor conocimiento de la naturaleza que los rodea, como la diversidad de las plantas en el Reservoir, los neoyorquinos se sientan empoderados para proteger y conservar sus ambientes naturales y urbanos, así como obtener una mejor calidad de vida en el proceso.
Desde su fundación en 2012, el enfoque de NYC H2O ha sido crear programas educativos para escolares, debido a que el fundador y director general, Matt Malina, es un antiguo profesor de colegio.
La programación pública para adultos incluye caminatas comunitarias, y recorridos ecológicos e históricos que, antes de la pandemia, ofrecían una vez al mes en el Reservoir. También, realizan eventos mensuales de cuidado medioambiental, como jornadas voluntarias de paisajismo para desyerbar especies invasoras.
Una breve historia del Ridgewood Reservoir
El Reservoir, que mide más de 50 acres, fue construido en 1858 y fue utilizado como una fuente de agua para Brooklyn hasta que fue decomisado en 1959. Hoy uno de sus 3 embalses originales sigue lleno de agua, mientras que los otros dos están llenos de bosques que pierden hojas cada año.
En 2018, el lugar recibió la denominación de humedal protegido por el Departamento Estatal de Conservación Ambiental de Nueva York y fue inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos. Estar ubicado en la ruta de vuelo del Atlántico Oriental- la ruta que siguen ciertas aves migratorias como la Reinita azulada ( Setophaga caerulescens) - hace que sea una de las mejores áreas para la observación de aves.

La naturaleza y el bienestar de los neoyorquinos
“La pandemia dejó muy claro que los espacios verdes como Highland Park son críticos para la infraestructura. Tocan todo aspecto de nuestra ciudad y juegan un rol en la salud, la seguridad y en el desarrollo de la comunidad”, dijo Megan Moriarty, encargada de prensa para el Departamento de Parques de la ciudad de Nueva York.
Para áreas en desventaja económica y social como East New York y Bushwick, que rodean el Reservoir, el parque y sus recursos son un respiro.
Según el Portal de Datos de Salud y el Medio Ambiente de la ciudad de Nueva York, “los impactos en la salud por parte de partículas finas, carbón negro y díoxido de azufre son mas altos en barrios con una alta taza de pobreza”.
Asimismo, la calidad del aire en espacios cerrados y las cantidades de ozono O3 al aire libre son peores en East New York que en el resto de Brooklyn y el resto de la ciudad.
El Réservoir, entonces, podría potencialmente contribuir a la calidad de vida de los residentes en el área a través de sus programas públicos para el disfrute de la comunidad.
La importancia de programas públicos medioambientales
“Parte del trabajo de cuidado y parte del diálogo cambiante sobre la conservación y promoción de la salud de nuestro planeta se trata de llevar gente a estos espacios para que puedan cuidarlos de una manera que es beneficiosa para el ecosistema y para el medio ambiente en general, no solamente para nosotros y nuestros deseos”, dijo Chuchuca.
Este cuidado tiene la meta de crear oportunidades para acción concreta y que busca promover la diversidad en el proceso, agregó Chuchuca, citando la campaña que tienen actualmente para erradicar del embalse natural la planta invasora australis phragmites.
A Gina Bonilla, nativa de Woodhaven y residente actual de Jackson Heights, le gustaría que gente como sus padres inmigrantes estuvieran más conscientes de la clase de programación pública que se ofrece en los parques de Nueva York, como el recorrido de plantas medicinales al que ella asistió el 27 de noviembre.
“Me parece que más colaboraciones con gente que ya está trabajando con latinos, para avisarles que hay todo un mundo grande para explorar con sus hijos, con sus padres, con sus abuelos, eso sería genial”, dijo Bonilla.

Chuchuca espera que en el futuro puedan ofrecer más actividades en español. Citó programas en español anteriores, como el recorrido de observación de aves que lideró Heather Wolf del Brooklyn Bridge Park Conservancy en mayo de este año. Es a través de estas alianzas comunitarias, dice Chuchuca, que NYC H2O aspira a ofrecer una programación aún más diversa.
Perez-Blanco, por su lado, espera seguir liderando recorridos que ayuden a los neoyorquinos a descubrir el Reservoir, un sitio donde “a uno se le puede olvidar que está en la ciudad”.
Más allá de su trabajo con NYC H2O, Perez-Blanco tiene su propio negocio, Herban Garden, en el que ofrece sus servicios como consultora ambiental y especialista de plantas.
Ella comenzó a cultivar su pasión por las plantas desde niña, con su madre y abuela costarricenses, que la inspiraron con su conocimiento profundo de la naturaleza y sus propiedades de curación.
“Creo que hacer los parques más accesibles y atrayentes, y dándole a la gente una excusa para salir y experimentar y conectarse con ella [la naturaleza], afecta la consciencia y respeto que tiene la gente”, dijo Perez-Blanco.
Tasha Sandoval es periodista y estudiante del programa de Periodismo Bilingüe en la Craig Newmark Graduate School of Journalism en CUNY. Siguela en Twitter: @SaysSandoval


















