Una madre hispana contrajo el coronavirus mientras estaba en la semana 30 de su embarazo. Pasó tres semanas conectada a un respirador artificial en el Hospital de Hackensack, Nueva Jersey, antes de que fuera dada de alta. Su hija prematura aún continúa internada, pero evoluciona muy bien.
Madre e hija vencen al coronavirus después de una cesárea de emergencia y semanas hospitalizadas
Sheila Arriaga tuvo que ser sometida a una cesárea de emergencia tras ser contagiada con coronavirus. Estuvo conectada por tres semanas a un respirador artificial. Ella y su bebé le ganaron la batalla a la pandemia.

Sheila Arriaga cuenta que no sabe cómo se contagió. "Yo prácticamente no salía. Yo me imagino que mi esposo era el que salía a trabajar, y por ahí fue que a lo mejor vino el virus", explica.
La madre de otros dos hijos dice que una noche su esposo sintió que no estaba respirando bien. En efecto, Sheila tenía falta de aire. "Le dije a mi esposo que yo iba al hospital y que se quedara él con los niños", recuerda.
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Una vez en el hospital, los médicos tuvieron que realizarle una cesárea de urgencia a Sheila, "pues el oxígeno era tan bajito que para proteger a la bebé y a mí, me tuvieron que hacer la cesárea". Luego la conectaron a un respirador artificial, y así estuvo las tres semanas, hasta que le dieron el alta.
Por fortuna, ambas ahora se encuentran bien, pero Sheila aún no ha podido conocer a su hija, Isabella Sofía. La niña está ingresada y su madre solo ha podido verla a través de videollamadas, cuando su esposo va al hospital.
Sheila no recuerda nada del tiempo que estuvo hospitalizada. Lo más difícil para ella, asegura, fue despertar y no saber nada. "Cuando me levanto no sabía que era cesárea, no sabía qué había pasado. Yo le dije a mi esposo que para mí habían pasado como 10 años".
Por su parte, Ángel Lituma, esposo de Sheyla, comunica que a él le dieron los síntomas primero. Acerca de su experiencia, Ángel relata que fue bien difícil: "Yo todavía tenía los síntomas, pero tenía que seguir luchando aquí en casa con los niños. Y estaba desesperado porque no sabía nada de Sheila en el hospital. Solo podía hablar con doctores y enfermeras por teléfono".
La pequeña Isabella Sofía se está desarrollando bien. Nació de 3,2 libras, pero la semana que viene es posible que pueda regresar a casa con su familia. Eso, precisamente, es lo que más desea Sheila: "Lo que quiero es estar en familia, con mis hijos, mi esposo, la bebé...".









