Cientos de niños en Brooklyn podrán recibir un regalo de Navidad gracias a esta iniciativa

A pocas horas para la Navidad, la solidaridad sigue siendo protagonista en Nueva York. Esta vez padres de familia que perdieron sus empleos o cuyos ingresos no son suficientes, pudieron encontrar los regalos en un improvisado taller de Santa Claus en el sótano de una iglesia en Brooklyn.

"Especialmente por toda la pandemia que estamos viviendo ahora no nos ha sido nada fácil, especialmente a nosotros los latinos, somos los que más nos ha golpeados esta pandemia, hemos perdido trabajos...", cuenta Verónica Diego, quien a pesar de estar desempleada dice que no quiere que se pierda el espíritu navideño en su familia. "No tenemos con qué comprarles un regalito ahora", subraya.

Pero esto no fue un impedimento para que esta madre buscara la forma de traer alegría a sus tres hijos. Por eso se inscribió para visitar este improvisado taller de Santa Claus organizado por Caridades Católicas y allí, en compañía de una asesora, escogió los regalos para sus pequeños.

Por varias semanas, voluntarios de Caridades Católicas recolectaron donaciones de juguetes que luego le dieron vida a esta tienda navideña donde no se necesita dinero para comprar.

"Aquí todo el mundo trabaja recogiendo, los muchachos van a diferentes sitios a recoger donde les llamen y la gente está más necesitada, y esto es una oportunidad grande para ellos", explica Belkis Checo, de Caridades Católicas.

La organización estima que esta Navidad han podido traer juguetes a cerca de 1800 niños.

"Estamos aqui para ayudar, sabemos que durante este tiempo muchos no tienen para comprar juguetes para sus niños", dice Richard Slizeski, de Caridades Católicas.

Este taller Santa esta ubicado en la iglesia San Vicente Ferrer en East Flatbush y allí se pueden encontrar regalos para niños de 0 a 17 años. Los padres también pueden recibir tarjetas de regalo de 25 dólares por cada niño para comprar lo que les haga falta.

"Yo creo que eso les alegra estas festividades, porque también los niños se sienten muy estresados ahí encerrados. Cuando le dije a mi niña 'Voy por tu regalito' ella se emocionó", relata Verónica Diego.

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