El 20 de junio Charlie DeFraia, un niño de cuatro años de Nueva York, casi se muere, luego de que un pitillo o popote de metal le perforó la arteria carótida.
Niño de 4 años casi muere al perforarse la garganta y una arteria con un popote de metal
El pequeño se tropezó y el popote o pitillo de metal con el que tomaba un yogur, le perforó la arteria carótida, una de las cuatro arterias principales que suministran sangre y oxígeno al cerebro.
El extraño accidente sucedió frente a la casa de la familia DeFraia, en East Moriches, en el condado de Suffolk, Nueva York. El pequeño estaba tomando yogur con un pitillo de metal, cuando perdió el equilibrio y se cayó. Al caerse, el pitillo o absorvente de metal que estaba en su boca, atravesó su lengua y garganta, perforando la arteria carótida derecha, una de las cuatro arterias principales que suministran sangre y oxígeno al cerebro.
Como el pitillo de metal no rompió la piel, y seguía en el recipiente del yogur, su madre pensó que el niño se había lastimado los labios. Sin embargo, el niño no paraba de sangrar y no había herida en la boca. Entonces, su padre, que es médico, supo que algo grave estaba pasando, por lo que de inmediato lo llevó al Stony Brook University Hospital.
“Era evidente que realmente estaba perdiendo una gran cantidad de sangre y, de hecho, dejó de respirar sobre mí un par de veces”, dice Dr. Charles DeFraia, de 38 años.
Su herida era un misterio
Uno de los médicos en tratarlo, el Dr. Richard Scriven, jefe de trauma pediátrico en Stony Brook Trauma Center, dice que, cuando el niño llegó al hospital "no tenía presión arterial medible" debido a toda la sangre que había perdido.
A todas, esas, seguía siendo un misterio cómo el niño, que no tenía heridas visibles, seguía sangrando tanto. Y, mientras los médicos trabajaban para descubrir la causa de la lesión de Charlie, su madre sugirió el pitillo de metal, y entonces todo tuvo sentido.
El Dr. Scriven y el Dr. David Chesler, director de neurocirugía pediátrica del hospital, detuvieron la hemorragia taponando la parte posterior de la boca de Charlie con una gasa. Después, entubaron al menor.
A este punto, Charlie había sufrido una pérdida total del flujo sanguíneo en la arteria carótida derecha y su cerebro no estaba recibiendo suficiente sangre, por lo que tenían que reparar la arteria perforada.
Ahora el niño está recuperado
Este procedimiento lo hizo el Dr. David Fiorella, director del Centro Cerebrovascular de Stony Brook, quien le colocó un catéter, para detener el sangrado y restaurar el flujo normal en el lado derecho de su cerebro.
El pequeño tuvo que ser entubado y se le indujo un coma por una semana para poder estabilizar su salud.
Ahora, dos meses después, el pequeño Charlie ya juega, corre y hasta nada debajo del agua. También está listo para ir al kindergarten. "Los niños de su edad tienen una capacidad increíble para recuperarse de este daño”, dice el Dr. Chesler.
El accidente de Charlie DeFraia resalta una vez más los peligros de los pitillos de metal. En el 2019 una mujer británica murió cuando fue atravesada por un pitillo después de una caída.
Tres años antes, Starbucks retiró millones de pajitas de metal después de informes de niños que se cortaron la boca con ellas.

















