NUEVA YORK - Después de que una mujer muriera tras ser empujada frente a un tren del subway en Times Square el fin de semana, el alcalde Eric Adams reconoció el martes que ni siquiera él se sentía totalmente seguro viajando en el subway.
El alcalde Adams dice que ni siquiera él se siente seguro en el subway
Después de que una mujer muriera tras ser empujada frente a un tren del subway en Times Square el fin de semana, el alcalde Eric Adams reconoció el martes que ni siquiera él se sentía totalmente seguro viajando en el subway.

El demócrata relató que cuando viajó en tren el 1 de enero, poco después de jurar el cargo, llamó al 911 para informar de una pelea cerca de una estación de subway, se encontró con un pasajero que gritaba y con otro que dormía en el tren.
"El primer día que tomé el subway me sentí inseguro. Vi indigentes por todas partes. La gente gritaba en los trenes. Había una sensación de desorden. Así que, a la vez que nos ocupamos del problema de la delincuencia, también tenemos que ocuparnos del hecho de que la gente se siente insegura", dijo.
Adams, que lleva poco más de dos semanas en el cargo, se ha declarado un admirador del sistema de transporte, que adquirió mala fama en la década de 1980 por la suciedad, los graffitis y la delincuencia, pero que en las últimas décadas ha dado un notable giro que ha borrado en gran medida su mala reputación.
Tras el ataque aparentemente no provocado del sábado, Adams destacó inicialmente que, en general, el sistema es seguro.
"Cuando ocurre un incidente como éste, lo que estamos combatiendo es la percepción. Este es un sistema seguro", dijo Adams en una conferencia de prensa horas después del ataque.
Pero incluso antes de la matanza, su administración había anunciado planes para aumentar la presencia de agentes de policía en el subway y acercarse a las personas sin hogar que viajan en los trenes como parte de una misión para combatir tanto "el crimen real" como "la percepción del crimen."
"Vamos a reducir la delincuencia y vamos a asegurarnos de que los neoyorquinos se sientan seguros en nuestro sistema de subway, y ahora no se sienten así. Yo no me siento así cuando tomo el tren todos los días o cuando me muevo por nuestro sistema de transporte", dijo Adams a los periodistas el martes.
Janno Lieber, presidente en funciones y director general de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA por sus siglas) que gestiona el subway, dijo que pensaba que la declaración del alcalde de sentirse inseguro era una muestra de que Adams "entiende" el problema, aunque las estadísticas muestran que las posibilidades de ser víctima de un delito en el subway son bajas.
"El alcalde está demostrando que entiende el problema y que es sensible a lo que sienten los neoyorquinos", dijo Lieber. "La gente no se basa en las estadísticas. Sienten en base a su experiencia personal y a lo que escuchan".
La policía acusó a un hombre de 61 años, Simon Martial, de homicidio en segundo grado por el asesinato del sábado. La mujer asesinada, Michelle Alyssa Go, era de ascendencia asiática y la policía dijo que estaba investigando si su muerte fue un crimen de odio, aunque la policía dijo que Martial, que era un indigente, tenía un historial de "encuentros emocionalmente perturbados."
Se produce después de otras agresiones recientes en el sistema que generaron alarma pública. En septiembre, tres trabajadores del transporte público fueron agredidos en un solo día. En mayo, varios pasajeros fueron acuchillados y agredidos por un grupo de agresores y en febrero se registraron cuatro apuñalamientos en pocas horas.
Danny Pearlstein, portavoz de la organización sin ánimo de lucro Riders Alliance, que representa a los pasajeros de autobús y subway de la ciudad de Nueva York, dijo que aunque el sistema de subway es "estadísticamente, abrumadoramente seguro" y millones de personas lo utilizan a diario sin problemas, la violencia como la matanza del sábado toca la fibra sensible porque da la sensación de que podría ocurrirle a cualquiera.
"Si te enteras de que ha ocurrido en el subway, ese es tu subway”, dijo.
La seguridad y la delincuencia fueron algunos de los factores que impulsaron la victoria electoral de Adams. El ex capitán del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD por sus siglas) hizo hincapié durante su campaña del año pasado en la necesidad de combatir los delitos violentos, que han aumentado durante la pandemia, aunque siguen estando cerca de los mínimos de la era moderna.
El sistema de metro, con sus 472 estaciones y más de 665 millas (1,070 kilómetros de vías), es un indicador visible de la seguridad y la salud económica de la ciudad. El número de usuarios sigue siendo bajo, lo que complica la recuperación económica de los negocios que dependen de que los trenes lleven clientes a sus puertas y del propio sistema de transporte, que depende de las tarifas de los usuarios para financiar sus operaciones.
Los viajes diarios de las dos últimas semanas han rondado los 2.1 millones, un 44% menos que antes de la pandemia, según los datos de la MTA, que depende del Estado.
Las estadísticas de la policía muestran que los delitos graves en el subway han disminuido en los dos últimos años, pero las cifras son difíciles de comparar, ya que el número de pasajeros también ha disminuido. El descenso del número de pasajeros también ha hecho más visible la presencia de personas sin hogar en los trenes.
Adams y la gobernadora Kathy Hochul, ambos demócratas, anunciaron hace dos semanas un plan para desplegar trabajadores sociales que ayuden a poner en contacto a quienes viven en la calle con los servicios y para aumentar la presencia policial en las estaciones de subway y en los trenes y hacer que interactúen con los pasajeros.
Pearlstein dijo que añadir más policías no es necesariamente la respuesta.
"Si se le dice a la gente que se van a añadir agentes de policía, eso hace que la gente piense que no hay suficientes en este momento. Si le dices a la gente que no te sientes seguro, piensan que tal vez yo tampoco me sentiría seguro", dijo.
Pearlstein dijo que la vivienda y el cuidado de salud son necesarios para hacer frente a la "crisis humanitaria" del sistema, junto con mantener el subway asequible y atractivo para que más gente lo utilice y sea más seguro.
















