Matthew y Amy Shortridge recuerdan entre lágrimas los instantes de desesperación que vivieron a finales de mayo cuando
sacaron a su pequeña Mila "sin vida" de la piscina de su casa. Saber actuar a tiempo fue clave para que hoy por hoy puedan contar su testimonio sobre cómo evitar una tragedia, con la esperanza de poder ayudar a otras familias.