Steve Stephens, señalado por dispararle a un anciano mientras realizaba una transmisión en vivo, fue reconocido por un empleado de McDonald's en Pensilvania. Este, en un intento por ganar tiempo, logró que el sospechoso esperara por unas papas fritas mientras las autoridades eran alertadas. Con la llegada de la policía a la zona se presentó una persecución por más de dos millas que resultó con el suicidio del sujeto en cuestión.