La ciudad de Miami dio a conocer que el cierre del centro recreativo tiene que ver con varias violaciones, una de ellas relacionada con un requisito para operar un negocio cerca al agua y otra por llevar a cabo construcciones sin permisos, además de una deuda por miles de dólares de pagos de alquiler atrasados. Esther Alonso, dueña del lugar, denuncia que esto se trata de una represalia tras sus declaraciones en contra del posible plan de establecer un campamento para indigentes.