Doris Valles contó que su hijo de 10 años fue víctima de agresiones por parte de sus compañeros en la escuela Jesse J. McCrary Jr., en Miami. “Un niño lo empujó tan fuerte que le fracturó el brazo y el codo le quedó destruido”, relató la mujer al denunciar una actitud “grosera” por parte de la seguridad del plantel cuando acudió a investigar la situación. El menor afectado también habló de su experiencia y dijo que desea cambiar de institución.