Una cita de inmigración acabó con una familia guatemalteca separada: al marido, Víctor C., lo enviaron a un centro de detención. A la mujer, Maty M., le pusieron un grillete electrónico. Pero eso no ha sido impedimento para que ella se ponga al frente del negocio familiar, un taller de llantas, para sacar adelante al hijo de la pareja, Jimmy, de 13 años, mientras luchan por evitar su deportación.