La residencia de conciertos de Bad Bunny en San Juan ha transformado la economía de Puerto Rico, generando cerca de 200 millones de dólares y reservando más de 48,000 noches de hotel, en una época que normalmente registra baja actividad turística antes de la temporada de huracanes.
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Se espera que los espectáculos del astro del reggaetón atraigan hasta 600,000 personas, lo que ha provocado un aumento del 7% en vuelos desde EE. UU. continental y un incremento notable en alquileres temporales y reservas hoteleras en toda la isla durante los meses de julio a septiembre.
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Los fanáticos no solo asisten a los conciertos; recorren la ciudad natal de Bad Bunny, Vega Baja, visitan el supermercado donde trabajó, su antigua escuela y los murales dedicados al cantante, combinando la música con la cultura puertorriqueña y creando nuevas experiencias turísticas únicas.
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Organizaciones y emprendedores locales han lanzado recorridos temáticos inspirados en el artista, como “Debí correr más bici” o “Café con Ron”, que incluyen talleres de música y gastronomía tradicional, destinando los ingresos a proyectos comunitarios y generando empleo e interés cultural.
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Restaurantes, comercios y pequeños negocios se han beneficiado de la afluencia de turistas, con menús y productos rebautizados en honor a canciones de Bad Bunny, demostrando cómo la presencia del artista potencia la economía local y fomenta la visibilidad de la cultura puertorriqueña.