Las autoridades han dado un plazo final a cientos de agresores sexuales para que abandonen o muevan las carpas instaladas en el noroeste del condado. La situación ha generado malestar en la comunidad, la cual alega que algunos sujetos podrían distribuirse por todo el territorio si no se plantean soluciones concretas a la problemática. El pastor Frank Díaz, de "United We All Can", dice que la salida a este caso es brindarles un edificio en algún lugar industrial y allí lograr que diversas organizaciones los ayuden a través de una guía espiritual y psicológica.