El dueño de la disquera de narcocorridos, Ángel del Villar, enfrenta hasta seis años y medio de prisión por haber hecho negocios con un narcotraficante designado por el gobierno de EEUU. Su juicio en una corte de Los Ángeles arrojó luz sobre lo más turbio del mundo de la organización de conciertos en México, revelando cómo el brazo del crimen organizado también estaría metido en esta millonaria industria.