A Donald Trump no le ha sentado nada bien su derrota este fin de semana en Colorado.
¿A qué se refiere Trump cuando acusa a Cruz de ganar "corruptamente" en Colorado?
La indignación del magnate parece deberse más a las peculiares reglas de ese estado que a un hipotético fraude.


Su jefe de delegados, Paul Manafort, se quejó en una entrevista este domingo en NBC de que para ganar los 34 delegados en el estado, el senador Ted Cruz usó "tácticas de Gestapo", la infame policía secreta de Adolf Hitler.
Y este lunes, el empresario se quejó airadamente de la elección en ese estado , a la que calificó de "acuerdo corrupto".
Pero ni el candidato ni su asesor han aportado ninguna evidencia de fraude.
Katrina Pierson, portavoz de su campaña, le dijo a CNN que la comparación con la Gestapo no era inapropiada porque Trump también "ha sido comparado con Hitler". Además añadió que Trump no era el único que se quejó de intimidación a delegados, agregando que el candidato republicano John Kasich, gobernador de Ohio, acusó a la campaña de Cruz de "forzar el brazo de delegados".
Pero este lunes Trump pareció dejar claro que sus quejas se refieren a la forma particular en que son elegidos los delegados en Colorado.
"La gente allí está volviéndose loca, en el área de Denver y en el propio Colorado, y se está volviendo loca porque no les dieron la oportunidad de votar. Votaron los políticos. Es un acuerdo corrupto, y lo veo", dijo Trump en una entrevista con Fox News.

Elección indirecta
En efecto la forma de votar en Colorado no es precisamente un modelo de puridad democrática.
Los líderes republicanos en Colorado decidieron en agosto que los votantes no eligieran directamente a los candidatos. En su lugar, estos seleccionaron en el caucus del 1 de marzo a delegados que luego participaron en convenciones regionales y finalmente la estatal de la que surgieron este fin de semana los 34 representantes que participarán en la Convención Republicana de Cleveland.
Trump no es el único que ha criticado este sistema. El diario The Denver Post publicó un editorial antes del caucus en que criticaba el "error" de los líderes republicanos estatales, que decidieron su descafeinado método de elección.
"Los republicanos de Colorado que quieran tener voz en el futuro de su partido se han visto desprovistos de cualquier papel en la lucha por la nominación más interesante y sorprendente desde hace décadas", dice el editorial.
La mayoría de estados tienen formas indirectas de seleccionar a lo delegados, que en algunos casos está desvinculada del voto popular. En las últimas semanas ha quedado claro que Trump está perdiendo en esta batalla por su control, que tiene lugar en gran parte fuera de los focos mediáticos.
Algunos ejemplos son Luisiana, donde Trump perdió 10 delegados y ha enviado una queja formal al partido; Dakota del Norte, donde Cruz ganó 18 de los 25 delegados a principios de este mes, o Tennessee, donde Trump ha amenazado también con una demanda, tras un resultado adverso.
Manafort dijo en su entrevista del domingo que van a presentar quejas formales sobre Colorado.
Pero para los críticos de Trump, estas quejas son meramente una forma de desviar la atención sobre sus fallos organizativos. El magnate contrató la semana pasada a Manafort, un veterano estratega republicano, justamente para reforzar su equipo en un momento de la campaña en que estas pugnas poco visibles por los delegados van a tener más importancia.
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