"No sé si siento rabia, rencor o tristeza", dice madre del sacerdote asesinado a balazos en Guerrero

La familia en Estados Unidos del padre Iván Añorve Jaimez se pregunta por qué lo mataron a tiros después de ofrecer un concierto de música religiosa en el norte del estado mexicano. Su madre y su tía aseguran que su pasión era predicar con su música, sin temor a recorrer la violenta región.

El sacerdote Iván Añorve Jaimez y su madre Maricruz Jaimez en Guerrero.
El sacerdote Iván Añorve Jaimez y su madre Maricruz Jaimez en Guerrero.
Imagen Cortesía familia Jaimez

LOS ÁNGELES, California. - A las 7:17 am de este lunes Maricruz Jaimez recibió la peor llamada que le pueden hacer a una madre. "¿No te han hablado?", le preguntó desconcertado su hermano antes de darle la mala noticia: "Iván tuvo un accidente; no se sabe, pero me parece que falleció".

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Entonces no había tantos detalles sobre la muerte de su hijo, el sacerdote Iván Añorve Jaimez. Unas horas después la información se compartió en todos los medios mexicanos, Iván era uno de los dos padres católicos que fueron asesinados a balazos en una carretera de Guerrero durante la madrugada del lunes.

Las autoridades aseguraron que los sacerdotes y tres personas más que resultaron heridas viajaban en una camioneta pick up cerca de la ciudad de Taxco, en el norte del estado, cuando un vehículo los alcanzó y les dispararon en varias ocasiones. El otro cura fallecido es Germaín Muñiz García. Viajaban después de haber realizado un concierto católico por el Día de la Virgen de la Candelaria.

Iván era cantautor y recorría el estado de Guerrero predicando con sus composiciones. Aún se desconoce el motivo del ataque, pero con ellos ya van seis sacerdotes asesinados en los últimos cinco años en Guerrero, considerado el estado más violento de México.

"Mi otro hijo llamó y después me dijo: 'Yo no quisiera decirte esto, pero a Iván lo mataron. No sé qué es lo que habrá pasado, solo sé que él venía de un concierto y que iban a Las Vigas (donde se encuentra su parroquia)", contó la madre de Iván en una entrevista con Univision Noticias.

Maricruz, quien ha vivido en Los Ángeles desde hace 26 años, viajó la mañana de este martes hacia Guerrero para sepultar a su hijo mayor. Sus restos descansarán en su comunidad San Luis La Loma, en la región de la Costa Grande de Guerrero.

"Hay tanta maldad, tanta crueldad; me pongo a pensar: '¿Cómo habrán dejado a mi criatura?'. Porque esa gente es mala, no les importa nada; son gente que no tiene consciencia, que no tiene corazón", dijo entre sollozos.

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"No sé si siento rabia, rencor o tristeza. No puedo asimilarlo, no encuentro un por qué, una respuesta", expresó quien como muchas inmigrantes tuvo que criar a su hijo a la distancia. Iván creció en San Luis La Loma recibiendo las remesas de su madre en California. En la adolescencia, él encontró su vocación predicando en la sierra de Tecpan y cantando en la parroquia de su comunidad.

Un día, Iván llamó a su madre para decirle que quería ser sacerdote, algo que ella no aceptó tan fácil. "Me dijo: 'Yo tengo esa vocación'. Y yo le decía: 'Pero no puedes casarte, por el sacerdocio no tienes tiempo para ti, solo para los demás'", recordó sobre aquella conversación telefónica.

Pero nada cambió los planes de Iván, quien se preparó durante 12 años para ser presbítero. Hace unos días él festejó sus primeros nueve años de haber hecho los votos sacerdotales. Su madre estuvo con él ese día.

"No le hacía mal a nadie"

"Me arrepiento de muchas cosas, pero no de ser sacerdote, porque desde este ministerio he podido conocerlos a ustedes, mis amigos, mis hermanos, la familia a la que renuncié. Gracias a este ministerio he podido llegar a lugares que, siendo cualquier otra cosa, nunca habría podido llegar", escribió Iván en su cuenta de Facebook en una de sus últimas publicaciones.

Con su amplio repertorio de canciones dedicadas a Dios y a la Virgen María, Iván, de 37 años, iba realizando conciertos y misas por varios lugares de Guerrero. Pedía por la paz y su objetivo eran los jóvenes, carne de cañón del crimen organizado. En al menos cinco ocasiones él visitó parroquias de Los Ángeles, ubicadas en barrios golpeados por otro tipo de violencia, la que siembran las pandillas.


"Es una tragedia por esto que está pasando en México. No es el primer sacerdote que muere de esa forma", lamentó Fili Flores, coordinador del grupo de oración de la Iglesia Nuestra Señora de la Soledad en el Este de Los Ángeles, donde Iván predicó y cantó en febrero de 2015.

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Ana Jaimez, tía de Iván y quien vive en Nueva York, contó que cuando viajaba a Guerrero para pasar las fiestas decembrinas era difícil verlo por el apego que tenía a sus feligreses. "Estamos todos consternados, no sabemos por qué se lo llevó El Señor. Era una persona que no le hacía mal a nadie. Siempre estaba para todas las personas", expresó con la voz entrecortada.

Ella lo recordó como un hombre servicial, amoroso y que desde niño estuvo apegado a la iglesia. Contó que pidió ayuda para los damnificados de un huracán y un sismo que azotaron las costas de Guerrero el año pasado. Su pasión, dijo, era predicar con su música, sin temor a recorrer su violento estado.

"No le quitaron el gozo de cantarle al Señor. No le quitaron eso porque ahora está con Papá Dios, porque quizás él lo necesitaba y por eso se lo llevó. Siento que ahora él está feliz allá, cantándole", dijo.

"Queremos saber un por qué, pero va a quedar impune, como quedan todos los casos en México", lamentó ella.

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Poco antes de abordar un avión rumbo a Guerrero, Maricruz Jaimez compartió que en varias ocasiones le advirtió a su hijo que algo le podía pasar realizando sus conciertos: "Le decía 'no salgas, ahora hay mucho peligro'. Pero él me decía que daba conciertos buscando almas para Dios".

Su hijo, dijo ella, se presentaba en donde lo invitaran. Por eso aceptó compartir sus composiciones en el norte de Guerrero, sin saber que sería su último evento. Poco después de entonar su última canción un comando armado lo mató a balazos.

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“A él todo mundo lo quería, era alguien especial. Siempre estaba en contacto conmigo y yo con él", aseguró esta madre entre sollozos. "Era mi orgullo. ¿Qué madre no se siente orgullosa de tener un hijo sacerdote?".

Iván fue despedido con lágrimas y aplausos en Las Vigas, Atoyac, Acapulco y San Luis La Loma, cuatro lugares en los que dejó una profunda huella. "Gracias, padre", le expresaron varias mujeres que lloraban tocando su ataúd.

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