El perdón no siempre significa reconciliación

Todo tiempo es propicio para abandonar las cargas negativas, los rencores y resentimientos. Pero en los días previos y posteriores a la Navidad -después de las celebraciones y de los intercambios de regalos- hay momentos de reflexión que pueden conducir a tomar una de las decisiones más importantes para cualquier ser humano: perdonar.

“ El perdón es un acto de misericordia de una persona hacia la otra. Lo hacemos por nosotros, una persona que perdona se saca la culpa, el dolor y la tristeza”, explica el psicólogo Grover Bravo.

“ El perdón tiene muchos beneficios. Te quita la tristeza, la depresión, la ansiedad. Te devuelve la capacidad de control sobre tu propia vida. Dejas de estar preso de la otra persona” enfatiza.

El perdón es un acto voluntario, personal y valiente. “Perdonar no es olvidar el incidente, ni que exculpes o justifiques a la otra persona sino hacer algo que te libera a ti”, agrega Bravo.

Pasos para perdonar

1. Aceptar el problema. Asumir que hubo un incidente, una agresión, un malentendido entre dos personas. No sentirse mal ni culpable, sino ver el hecho en perspectiva.

2. Humanizar a la persona. Reconocer que quien te ha hecho daño también es un ser humano, que quizás ha sido víctima de alguien más.

3. Perdonar. Liberarse de las ataduras, dejar atrás lo que ocasionó el daño. Mirar al futuro.

El perdón no siempre significa reconciliación, según Bravo: "Solo en el caso de las parejas, con la familia o los hijos significa reconciliación. Y esto tiene dos partes: te otorgo mi perdón como un acto de misericordia, pero tu tienes que comprometerte conmigo -por un acto de justicia- en cambiar tu conducta o cambiar tu actitud".

¿Y usted? ¿Tiene que perdonar a alguien?