La Casa del Migrante de Tijuana, en México, es un imán de vidas en desgracia. Más de 6,000 inmigrantes durmieron ahí en 2017, poco menos que un año anterior. Unos llegan derrotados tras ser deportados; otros vienen huyendo de la violencia y pobreza en sus comunidades y toman un respiro antes de solicitar asilo político a EEUU o cruzar ilegalmente la frontera.