El sábado 21 de enero, 11 personas murieron tiroteadas por un solo atacante en Monterey Park, California. Tres meses después, legisladores, alcaldes y otros funcionarios estatales se unen a sobrevivientes de tiroteos masivos para anunciar tres proyectos de ley para evitar que se repitan masacres similares. Una de las medidas pide destruir las armas de fuego incautadas.