LOS ÁNGELES, California.- Las últimas semanas han sido particularmente inquietantes para Henry Sánchez, el chico que durante la primavera de 2016 terminó en una cárcel migratoria poco después de participar en una conferencia contra las deportaciones de centroamericanos en Los Ángeles, California.
Cuando el miedo a ICE te encierra en casa: el caso de Henry Sánchez
Este joven centroamericano fue detenido en 2016 tras dar la cara por los indocumentados ante los medios de comunicación, pasó varios meses en la cárcel, pero logró evitar la deportación. Ahora casi no se atreve a salir de casa porque teme ser arrestado otra vez.


Su abogado, Alex Gálvez, logró que se frenara la deportación que pesaba contra el joven y asegura que avanza su petición de asilo político, pero desde que comenzaron los operativos migratorios del nuevo gobierno federal el trauma que experimentó el año pasado se ha adueñado de su presente.
Sánchez, que recién cumplió 19 años, contó a Univision Noticias que vive preso de su propio miedo. Solo sale de su hogar para ir al trabajo.
“Ahora paso la mayoría del tiempo en la casa”, dijo el muchacho. “Sí me da un poco de miedo, por las cosas que se han visto porque no se sabe”, agregó.
Este chico guatemalteco, cuyo caso se convirtió en un emblema de la lucha contra las deportaciones durante la administración de Barack Obama, ha cancelado sus planes de fin de semana. Se acabó salir al parque de su barrio, también ir de restaurantes por la sospecha de que los angentes del Servicio de Aduanas y Control Fronterizo (ICE) estén acechando tras las esquinas.
Sánchez no quiere regresar a la cárcel migratoria de Adelanto, en el condado de San Bernardino, donde pasó cuatro meses en 2016 esperando que lo enviaran de regreso a su país, del que huyó para escapar de las pandillas.
Desde entonces hasta ahora, Sánchez ha tratado de estar más preparado por si tuviera que enfrentar la misma situación.
“Me han enseñado qué decir y qué hacer en caso de que llegue 'Migración'”, dijo el chaval, quien no obstante sigue intranquilo.
Sánchez era un miembro activo de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Ángeles (CHIRLA) y en mayo de 2016 participó con ellos en un evento mediático por los indocumentados. A la mañana siguiente, ICE lo agarró cuando salía de su domicilio en el Valle de San Fernando con su bicicleta para buscar trabajo. Una camioneta lo interceptó y se lo llevó a Adelanto.
El joven no tiene historial criminal, su único problema con la justicia tiene que ver con su estatus migratorio.
El guatemalteco entró de forma irregular a Estados Unidos en 2015, cuando tenía 17 años, para reunirse con sus padres, que viven en este país desde 2001, y escapar de las actividades de las pandillas de su barrio, en las que ya se había visto envuelto su hermano.
Según su abogado, él escapó de Guatemala porque temía que lo obligaran a unirse a la Mara Salvatrucha.
La gran preocupación del joven es que lo envíen de regreso a su país natal, donde los incidentes violentos no cesan.
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“Vine huyendo de tanta violencia. Han matado a muchos de mis familiares, he visto muchos casos de muerte, de pandillas”, contó quien, a la espera de que un juez falle a su favor, también estudia inglés.
“El miedo es que al pensar que estuvimos en Estados Unidos crean (en Guatemala) que llevamos dinero y que tal vez, si te asaltan, no te encuentren dinero y te maten. He visto cómo están las cosas en el pueblo donde vivía y está bastante difícil”, comentó.
Para el abogado Alex Gálvez, el centroamericano no debería estar preocupado de que ICE vuelva a esperarlo afuera de su casa. “Ya retiraron la orden de deportación, no es prioridad y ahora estamos en su caso de petición de asilo político”, manifestó. Sánchez no puede evitar desconfiar del sistema y directamente al presidente Donald Trump que cambie de actitud.
“Le diría que piense bien lo que hace; le pediría que nos ayude porque lo necesitamos”.






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