Chofer enfrenta cargos por la muerte de un joven autista que fue olvidado en autobús escolar
LOS ÁNGELES, California.- El chofer de un autobús escolar se declaró no culpable de los cargos criminales que le imputan luego de que un joven con autismo murió de un ataque cardiaco al quedar encerrado en la unidad de transporte.
Armando Abel Ramírez, de 37 años de edad y residente del condado de San Bernardino, se presentó este lunes en una corte del condado de Los Ángeles en Bellflower para enfrentar los cargos por abuso de un adulto con necesidades especiales que resultó en muerte.
El pasado 11 de septiembre Hun Joon “Paul” Lee, de 19 años de edad, murió en el interior del camión escolar que conducía Ramírez para la compañía Pupil Transportation Cooperative.
La víctima padecía autismo, tenía dificultades para comunicarse verbalmente y requería cuidado especial, señala la demanda que puso la familia del joven en contra de la empresa transportista.
El conductor no cumplió con la obligada revisión de rutina del autobús antes de dejarlo estacionado, apagarlo y cerrarlo, especialmente cuando en la unidad iban tres personas con necesidades especiales, refiere la acusación.
Los investigadores del caso determinaron que la mañana de ese día de la tragedia Ramírez manejó el autobús escolar hacia la escuela Sierra Education Center de Whittier para dejar al joven Lee, pero aparentemente no verificó que el joven hubiera bajado y luego llevó el vehículo al estacionamiento de la empresa y lo cerró.
Ocho horas después la familia reportó la desaparición del joven Lee al no regresar a casa por la tarde, lo que llevó al chofer a revisar la unidad de transporte.
La víctima yacía en el suelo del camión que tenía todas las ventanas cerradas. Ese día, según el reporte de la investigación, la temperatura ambiente fue de casi 90 grados Fahrenheit.
De ser encontrado culpable, el chofer podría pasar hasta 9 años en una cárcel estatal.
Sistema de alarma
Este caso llevó al Senado de California a promover una ley ( Paul Lee School Bus Safety Law) que obligaría a instalar un sistema de alarma en todos los autobuses escolares que operen en el estado para evitar que los estudiantes sean olvidados a bordo.
Este tipo de alarma se activaría cuando al detener la marcha del motor del autobús y para apagarla el chofer tendría que ir hasta el final del pasillo y presionar un botón, lo que obligaría a la revisión de la unidad.
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