"Obviamente se falló", aceptó la alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, refiriéndose a la seguridad. El jefe de la policía del Capitolio renunció a su cargo y uno de sus agentes murió como consecuencia de las agresiones de los manifestantes. En el edificio se hallaron artefactos explosivos y al menos una pistola y un fusil de asalto. El gobernador republicano de Maryland dijo que el Pentágono le puso trabas para enviar la Guardia Nacional a la zona.
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