Jenny, una madre indocumentada, decidió entregar temporalmente la tutela de su hija a los pastores que la apoyan en su comunidad religiosa. El temor a ser detenida y deportada la llevó a tomar esta decisión, con la esperanza de garantizar la estabilidad y seguridad para la menor. "Me da miedo que ella algún día se pregunte por qué estoy haciendo esto", asegura entre lágrimas.
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