“Es un monstruo, pervertido y abusador que mató a mi hija”: madre de adolescente asesinada en Texas

HOUSTON, Texas. – Layla Ramos, de 14 años de edad, murió al recibir dos disparos la madrugada del pasado 20 de julio. El incidente ocurrió dentro de la vivienda de Anthony Valle, en la comunidad de Atascocita, al noreste de Houston.

Valle nunca negó haber disparado, pero trató de convencer a las autoridades de que lo hizo porque pensó que la víctima era en realidad un intruso. Esa versión fue desmentida desde un comienzo por los familiares de Layla, quienes aseguraban que el hombre conocía muy bien a la menor.

El pasado martes, tras casi 5 meses de investigaciones, los detectives del caso anunciaron que Valle había sido acusado del asesinato de la menor. El sujeto permanece detenido en una cárcel del condado Harris y se le fijó una fianza de 200,000 dólares.

Las inconsistencias en las declaraciones de Valle sobre el presunto ladrón y el tiroteo pusieron a las autoridades en alerta. Después de cuestionarlo en repetidas ocasiones, a lo largo de los más de cuatro meses que duró la investigación, lograron establecer que estaba involucrado en una relación inapropiada con la chica, que incluía uso de drogas y actos sexuales. También se enteraron de que la víctima lo estaba amenazando con denunciarlo a las autoridades.

Por otra parte, el médico forense dictaminó que la joven murió de las heridas causadas por dos tiros de una escopeta, disparados desde menos de un pie de distancia.

“Me tranquiliza y me alegra la noticia (de que lo hayan arrestado y acusado). Él necesita pagar con todo el peso de la ley por lo que hizo”, dijo a Univision Noticias Alana Mock, madre de la víctima. “Me quitó a mi hija inocente que no tenía idea de lo que este monstruo hizo con ella”, añadió.

La mujer se refiere a que Valle atrajo a la menor con drogas y dinero cuando todavía era una niña y la mantuvo atrapada en ese mundo. “Le ha estado dando drogas y corrompiéndola desde el 2014, cuando yo estuve encarcelada”, aseguró.

Layla tenía 12 años cuando su madre fue a parar a la cárcel. Desde entonces la chica mantenía una amistad con la hija del supuesto asesino, de 17 años, y pasaba mucho tiempo en su casa.

En esa época, Mock confiaba en él: pensaba que era una buena persona y solo quería ayudar. El acusado incluso llevaba a la menor para que visitara a su madre en prisión.

Luego de quedar en libertad, Mock se dio cuenta de que su hija estaba consumiendo drogas y que era Valle quien se las proporcionaba. “Un día fui hasta su casa y saqué a Layla por la fuerza, porque estaba en muy mal estado… después de eso ella empezó un programa de rehabilitación. Tratamos de ayudarla”, dijo la madre.

Pero, según el relato de Mock, sus esfuerzos no fueron suficientes. Ella seguía yendo a la casa de Valle porque él la atraía con las mismas artimañas. Además, le facilitaba más drogas.

La madre de Layla estaba enterada de que ella quería denunciar al sujeto. “Él tenía miedo de ella, por eso continuaba dándole dinero para mantenerla callada”, explicó.

Los detectives informaron que en los teléfonos del acusado y de su víctima encontraron imágenes pornográficas. Además, mensajes de texto en los que la menor lo amenaza con denunciar el abuso sexual al que la sometía.

“Creo que es un monstruo, un pervertido y un abusador. Una persona enferma que mató a mi hija. Necesita ser castigado con todo el peso de la ley. La pena de muerte es lo único que voy a aceptar para él”, dijo la madre en medio de sollozos.

Otras víctimas

Mock asegura que los detectives le informaron que habían encontrado a otras víctimas a las que Valle les hacía lo mismo que a Layla. La mujer no lo pone en duda, porque incluso su hija mayor cayó en las redes del hombre cuando tenía 17 años. Sostiene que la enganchó en el mundo de las drogas y abusaba sexualmente de ella.

“Por favor denuncien para que él reciba el castigo que se merece y para que no pueda hacerles lo mismo a otras chicas. Es un depredador”, pidió Mock a otras posibles víctimas.

La afligida madre también hizo un llamado a los padres para que no descuiden a sus hijos. "Manténgase siempre cerca de ellos, no confíen en nadie", dijo.

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