Casi 40 años de espera: la reforma migratoria que nunca llega a millones en EE.UU.

Desde 1986, el Congreso no aprueba una reforma migratoria. Rosario vive sin papeles mientras su hermana se legalizó hace décadas. Hoy, 14 millones esperan en un limbo que parece no tener fin.

Video Reforma migratoria: cada vez más lejos, mientras crece la crisis de los inmigrantes desterrados

LOS ÁNGELES, CA.- Rosario lleva años sin salir de su casa.

"Ya no salgo, ya tengo tiempo sin salir desde que empezó todo esto hasta ahorita", dice.

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Vive en Estados Unidos sin papeles, atrapada en un limbo migratorio que comenzó en 1986, cuando su hermana Bertha sí pudo legalizarse.

"Durante la amnistía del 86 tuvimos la oportunidad de arreglar mi esposo y yo", recuerda Bertha.

Pero para Rosario, esa puerta se cerró. Hoy, 38 años después, sigue esperando.

Su historia refleja la de aproximadamente 14 millones de personas que permanecen en el país sin estatus legal, mientras el Congreso no ha logrado aprobar ninguna reforma migratoria integral desde que el presidente Ronald Reagan firmó la Ley de Reforma y Control de la Inmigración el 6 de noviembre de 1986.

Aquella ley permitió la legalización de casi 3 millones de inmigrantes.

Sin embargo, no logró detener la migración irregular ni abordar las causas económicas y sociales que la impulsan.

Estancamiento legislativo

Bertha lo resume con claridad: "no veo yo la esperanza de que haya una amnistía pronto, viendo las cosas como están".

Ariel Ruiz Soto, analista senior en políticas migratorias, confirma ese diagnóstico.

"Las divisiones se han hecho más estrechas y el compromiso muy, muy difícil de obtener".

Los intentos de reforma han fracasado en 2007, 2013, 2014 y 2023.

Ruiz Soto señala que las diferencias se concentran en tres puntos: seguridad fronteriza, regularización de inmigrantes y sanciones para quienes cruzan sin permiso y sus empleadores.

"Si bien hemos tenido algunas opciones de llegar cerca de una legislación, al final siempre ha habido diferencias en el partido político, sea demócrata o republicano, para poder llegar a ese cabo", explica Ruiz Soto.

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En 2013, el Senado aprobó un proyecto bipartidista durante la administración Obama que incluía un camino a la ciudadanía y mayor seguridad fronteriza.

El secretario Xavier Becerra, quien entonces trabajaba en la Cámara de Representantes, recuerda que trabajó "con colegas republicanos tratando de impulsar esa medida", pero "el liderazgo republicano no permitió un voto".

El Border Act de 2024, propuesto bajo la administración Biden, tampoco prosperó.

Becerra asegura que varios republicanos retiraron su apoyo debido a presión política de Trump.

"Hay que entender que, si no hay consecuencia política, no va a ver acción política", advierte Becerra.

Propuestas actuales

La congresista María Elvira Salazar impulsa la Ley Dignidad, dirigida a "personas que llevan en este país más de cinco años, que no tienen un récord criminal, que han estado cooperando con la economía, que han estado pagando impuestos".

La propuesta establece una multa total de 7,000 dólares durante siete años y una contribución anual del 1% del salario, pero no ofrece ciudadanía.

"Ahora lo más importante es que no los toquen y que puedan seguir trabajando y que salgan de la oscuridad", sostiene Salazar.

La congresista Norma Torres presentó un proyecto para actualizar el registro de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, vigente desde 1929.

La propuesta "cambia la fecha para decir si usted está aquí tres años, puede apelar y puede aplicar para su residencia".

Torres destaca que su proyecto "no te penaliza por haber estado aquí".

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La congresista Ana Paulina Luna defiende un enfoque diferente: propone sanciones para empleadores que contratan indocumentados, exigencia de pruebas de ADN en la frontera y se opone a cualquier forma de amnistía, incluido DACA.

Una espera que continúa

Rosario recibió recientemente un documento que reconoce su caso, una chispa de esperanza en medio de décadas de incertidumbre.

Pero el temor persiste: "me da miedo que el día que me toca la entrevista me vayan a decir no, no pasó y me vayan a deportar".

Otra hermana de la familia decidió regresar a su país de origen, cansada de vivir con miedo y de la presión constante de no tener papeles.

Becerra sostiene que los votos para una reforma existen en el Congreso: "yo sé que hay republicanos y demócratas listos para votar para una reforma y pasar esa reforma".

Sin embargo, advierte que sin la participación activa de los empleadores que contratan a inmigrantes, cualquier intento volverá a estancarse.

Mientras tanto quedan dos hermanas, dos destinos, separados por un sistema migratorio que no ha cambiado en casi cuatro décadas.

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