La madre del sobrino de Karoline Leavitt es puesta en libertad bajo fianza por un juez de inmigración

Bruna Ferreira, la madre del sobrino de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue liberada este lunes por un juez de inmigración con una fianza de $1,500.

Continuará en libertad su proceso de deportación. Hasta ahora, había permanecido detenida en un centro de detención de ICE en Louisiana.

La jueza de inmigración Cynthia Goodman ordenó que Ferreira saliera bajo esa fianza, la menor posible. En la audiencia, el abogado que representó al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Lucas Vega, no objetó la salida de la mujer de custodia migratoria al alegar que Ferreira no representaba un peligro para la sociedad o que podía fugarse.

La mujer de 33 años, una ciudadana brasileña que llegó a EEUU a los 6 años, había dicho al diario en una entrevista por video el jueves que le parecía un insulto estar detenida como una criminal, vistiendo un mono naranja y enfrentando una posible deportación a Brasil.

Ella fue arrestada el 12 de noviembre por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) mientras iba de camino a buscar a su hijo. El DHS había catalogado a Ferreira como una "criminal" por un arresto previo por agresión, aunque sin presentar evidencias. Una revisión del Post a los registros públicos de Massachusetts no mostró antecedentes criminales de ningún tipo.

Ferreira dijo en la entrevista con el Post que las declaraciones de la Casa Blanca sobre ella le resultaron ofensivas y que no entendía por qué decían esas cosas. La mujer asegura que, a pesar de que se separó de Michael Leavitt —el hermano de Karoline— hace años, y que la ruptura fue agria, siempre ha intentado mantener una relación amistosa con esa familia, por el niño.

Su hijo de 11 años es un Leavitt, afirma al Post, y a menudo, cuando visita al niño o va a apoyarlo en sus deportes, ve a esa parte de la familia. De hecho, cuando todavía estaba con Michael, llegó a querer a Karoline como una hermana menor, dice, al punto de elegirla para madrina de su hijo. También autorizó el viaje del niño a la búsqueda de huevos de Pascua en la Casa Blanca en primavera y "movió montañas" para que el pequeño fuera a la boda de su tía en enero.

"Le pedí a Karoline que fuera la madrina por encima de mi única hermana”, dijo al diario. “Ahí cometí un error, al confiar... Por qué creando esta narrativa supera todo lo que podría haber imaginado”, declaró.

Tras su arresto, ICE la trasladó "como ganado" a Vermont, Filadelfia, Texas y ahora estaba en Louisiana. Tras reportes de prensa sobre su arresto, cuenta que otras mujeres detenidas le preguntan por su relación con Leavitt y si fue ella quien la hizo detener.

“Quién sabe”, les responde, según contó al Post. Pero a pesar de que reconoce que obviamente no eran mejores amigas, asegura que no tenían una mala relación.

Quién es Bruna Ferreira

La excuñada de Karoline Leavitt llegó de Brasil a EEUU en 1998 a reunirse con sus padres. Aunque estuvo a punto de ser deportada, en 2012 volvió a ser elegible para el programa DACA (la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia con sus padres) aprobado por el expresidente Barack Obama. Gran parte de su familia tiene estatus migratorio, como sus hermanos, nacidos en EEUU. Pero según sus abogados, ella no ha conseguido completar ese proceso. Su caso de deportación fue reactivado este año por la administración de Trump.

Todd Pomerleau, su abogado, dijo que no tiene antecedentes penales y que el mencionado incidente de "agresión" al que puede referirse el gobierno podría haber sido una pelea que tuvo con otra chica cuando tenía apenas 16 años. No fue arrestada y el caso fue desestimado. Además, alega que, al haber sido en una corte juvenil, se suponía que fuera confidencial. Su detención actual, aseguró, es arbitraria. No se le explicó el motivo y no hubo una orden visible de arresto.

Por su parte, Ferreira aseguró en la entrevista previa al Post que las declaraciones de la Casa Blanca que la pintan como una madre ausente son "repugnantes" y falsas, y que antes de su arresto su vida consistía en trabajar dirigiendo un negocio de limpieza y otro de ropa, ir a clases de yoga y pasar tiempo con su hijo, lo llevaba a la escuela, a Dave & Buster's, lo animaba con sus partidos, le regalaba peluches y videojuegos.

Michael Leavitt, el hermano de Karoline y padre del niño, alegó que la mujer nunca vivió con su hijo. Sin embargo, constató el diario The Washington Post, en los registros judiciales que él presentó en New Hampshire en 2015, escribió que compartían un hogar y puso a ambos en la misma dirección.

Se conocieron en un club nocturno y se hicieron pareja. Ferreira dio a luz en marzo de 2014. Unos meses después, Leavitt ganó 1,000,000 de dólares en un concurso. Sin embargo, meses después se separaron y tuvieron una fuerte batalla legal por la custodia del niño, en la que intercambiaron acusaciones. Durante la última década, los jueces han ordenado que compartan la custodia.

En documentos judiciales, Ferreira dijo que tras haberse separado, él había amenazado con intentar que la deportaran, algo que Michael ha negado.

Tras diversas órdenes judiciales, ambos acordaron en 2021 un régimen de custodia compartida que permitía a Ferreira pasar la mayoría de los fines de semana con el niño e incluso viajar con él a Brasil, mientras el pequeño pasaba toda la semana con el padre.

La vida de la mujer comenzó a desestabilizarse en 2022, cuando enfrentó una investigación por negligencia en Massachusetts. Un episodio confuso —en el que la policía aseguró que el menor había sido dejado en condiciones inadecuadas, mientras la familia lo discute— terminó con el niño bajo el cuidado del abuelo, aunque sin consecuencias penales ni cambios en los derechos de visita.

El 12 de noviembre, Ferreira fue arrestada cuando iba a recoger a su hijo de la escuela. Un video muestra a agentes interceptando su automóvil con varios SUV sin distintivos. Sus abogados advirtieron que si es deportada, mantener el contacto con el niño sería casi imposible.

“El pensamiento de mi hijo esperándome en la fila del colegio y que nadie llegara por él es lo que más me duele”, dijo entre lágrimas en la entrevista. “Es muy triste que las cosas hayan pasado así”.

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