DALLAS, Texas. A casi dos semanas del tiroteo ocurrido la madrugada del 12 de octubre en el estacionamiento de La Prada Shopping Center, en el este de la ciudad, la familia de Daniel Cojulum Villanueva, de 20 años, habló por primera vez, durante una entrevista con Univision.
Justicia por Daniel: madre de joven hispano asesinado en Dallas exige respuestas
La familia de Daniel Cojulum Villanueva rompe el silencio tras el tiroteo en el este de Dallas. Su madre exige respuestas y justicia por la muerte de su hijo, ocurrida tras diez días hospitalizado.
Video “Le arrebataron sus sueños”: madre de joven hispano que murió tras tiroteo en Dallas pide justicia
Daniel pasó diez días en el hospital antes de morir.
El sospechoso, Alexis Armenta, también de 20 años, se entregó voluntariamente el 23 de octubre y enfrenta cargos de asesinato castigado con pena capital por la muerte de Daniel y de Jacob Cuéllar, de 21, quien murió en la escena.
Una noche que terminó en tragedia
Todo empezó con una discusión dentro de un club nocturno y terminó afuera, a tiros, en el estacionamiento del centro comercial sobre la cuadra 8300 de La Prada Drive.
Testigos contaron que escucharon ráfagas de disparos y vieron a varios jóvenes correr.
Cuando la policía llegó, encontró a cinco personas baleadas.
Jacob Cuéllar murió en el lugar, Daniel fue trasladado de urgencia al hospital.
Durante diez días, su familia esperó noticias alentadoras.
Pero el 21 de octubre, los médicos confirmaron lo que su madre temía desde el primer momento:
“Los doctores hicieron todo lo humanamente posible, pero su cuerpo ya no resistió. Él murió el 21 de octubre”, comentó Claudia Arriaza, madre de Daniel.
La madre de Daniel Cojulum Villanueva compartió una foto junto a su hijo celebrando su graduación, y otra donde se ve su toga junto a una fotografía de él tras su muerte.
Imagen Cortesía
Diez días de lucha y esperanza
En esos días, Daniel fue sometido a múltiples cirugías y transfusiones.
Su madre recuerda cada minuto: las noches en vela, las oraciones, la incertidumbre.
“Mi hijo fue el que estuvo luchando y luchando por su vida durante todo este tiempo, y es el mismo tiempo que tardaron las autoridades en detenerlo (al sospechoso). Ni siquiera lo detuvieron, él se entregó”.
Claudia habla con voz cansada, entre pausas largas, dice que no busca venganza, pero sí respuestas.
“Lo que le exijo a las autoridades es que me digan qué fue lo que pasó. ¿Por qué empezó a dispararles a todos?”
Daniel posaba orgulloso junto al carro que compró con sus ahorros, el día en que celebraba su graduación.
Imagen Cortesía
Quién era Daniel
Era un joven trabajador, alegre, con ganas de salir adelante, asegura su familia.
Había logrado graduarse de la preparatoria y llegar a la ceremonia en el auto que compró con sus propios ahorros.
“Le arrebataron todos sus sueños. A mí me quitó la persona que más me quería”, comenta su madre.
Ella lo recuerda bailando, riendo, jugando con su mascota, Max.
El sospechoso
De acuerdo con la Policía de Dallas, Alexis Armenta fue identificado gracias a los videos de seguridad del centro comercial.
El 23 de octubre, se entregó voluntariamente a los U.S. Marshals y fue trasladado a la cárcel del Condado Dallas, donde enfrenta dos cargos de asesinato castigado con pena capital.
Familiares aseguran que al principio se habló de más de un sospechoso, algo que Univision consultó a las autoridades, hasta el momento, no ha habido respuesta.
Video El dolor y la voz de una familia hispana que clama justicia por un asesinato en Dallas
“El Tejanito”
La otra víctima mortal del tiroteo fue Jacob Cuéllar, de 21 años, conocido por su familia como “El Tejanito” por su estilo vaquero de botas y sombrero.
Había salido esa noche con amigos, sin imaginar que no volvería a casa.
Su familia lo describe como un joven alegre, trabajador y muy unido a los suyos.
“Hoy fue él, mañana pueden ser otros”, comentan familiares de Jacob Cuéllar
Justicia y memoria
“Mi hijo luchó por vivir. Ahora yo voy a luchar para que se sepa qué pasó”, comenta la madre de Daniel.
El caso continúa bajo investigación.
Pero mientras el proceso judicial avanza, las familias de Daniel y Jacob solo esperan algo que no se mide en documentos ni sentencias: verdad y justicia.
