Los estudiantes que lleven un arma a las escuelas no solo serían expulsados de la institución educativa sino que también enfrentarían consecuencias legales a largo plazo, ya que podrían ser condenados entre dos a 10 años de prisión según el tipo de delito. Asimismo, su futuro académico y laboral se vería afectado por la cantidad de condenas, pues “dependiendo del récord y la edad van a estar siempre presentes en la persona”, explicó el abogado Haim Vázquez.