DALLAS, Texas. El ataque de este miércoles contra un centro de procesamiento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dallas dejó al menos dos muertos, un detenido (migrante) y al atacante, además de dos detenidos (migrantes) heridos, uno de ellos mexicano.
"Había niños y familias": miedo tras ataque armado en sede de ICE en Dallas
Durante el ataque armado en un centro de procesamiento de ICE en Dallas, migrantes y abogados vivieron momentos de pánico. Testigos hablaron de disparos, humo y caos mientras esperaban sus citas.

La balacera ocurrió cuando varias familias esperaban para cumplir con sus citas de migración, y sus testimonios reflejan el miedo y la incertidumbre de esta mañana:
“ Había mucha gente afuera, había niños. Venimos a algo que tenemos que responder porque si no respondemos también tenemos problemas”, relató una mujer que esperaba afuera.
Voces desde la fila
A las afueras del edificio, ubicado en el 8100 de North Stemmons Freeway, ya había movimiento poco antes de las 7 a.m.
Otro testigo describió el momento en que todo se desató:
“ Queríamos entrar al edificio de migración, pero no nos dejaban. Había una muchacha de Venezuela con una niña de ocho meses que pedía entrar y le decían que se fuera a sentar, hasta que una patrulla vino y nos dijo en inglés con el parlante que nos fuéramos porque había un tirador activo”.
Los disparos provocaron pánico:
“Escuchamos como 20, uno tras otro… no era de pistola, era fuerte. No sabías para dónde agarrar ni qué hacer”, recordó una de las presentes.
La tensión se prolongó mientras evacuaban a los todos:
“Nos sacaron con las manos arriba, no nos dejaron agarrar nada, ni celulares. En ese momento no pensé en mis hijos, pensé en mi papá. Es horrible porque no sabes qué es lo que va a pasar”.
“ Aquí no hay ricos ni pobres… aquí somos todos seres humanos. Debemos tener empatía con la gente que estamos aquí, porque somos inmigrantes trabajadores. No venimos a quitarle nada a nadie”.
Qué se hace en esa oficina
El abogado de inmigración Haim Vásquez, que atiende clientes en el lugar, explicó que este edificio no es un centro de detención permanente, sino de procesamiento.
“Ahí procesan a las personas detenidas y después las transfieren a centros de detención. También es la oficina en la que quienes tienen libertad condicional o parole deben presentarse para su reporte de inmigración.”
Vásquez describió la rutina matutina:
“ La puerta abre oficialmente a las 8 de la mañana, pero desde mucho antes ya hay personas afuera. Hay vallas de metal para que la gente pase en fila, hay bancas como de pícnic y ahí esperan migrantes y familiares”.
Añadió, “ no nos dejan entrar. Nos quedamos afuera esperando. Si el cliente sale, hablamos con él, si es detenido, ahí comienza la defensa. Eso nos pone en una situación muy vulnerable, igual que a las familias”.
El ataque y la respuesta policial
De acuerdo con la policía de Dallas y , el sospechoso disparó desde un edificio cercano contra la sede de ICE.
Dos personas fueron trasladadas al hospital con heridas de bala, otra murió en el lugar y el propio atacante se quitó la vida con un disparo, indicaron.
Agentes del FBI y la policía acordonaron la zona, evacuaron a las personas y mantienen la investigación abierta.
Una rutina bajo amenaza
Para Vásquez, el ataque confirma un problema de fondo: la falta de seguridad en lugares donde migrantes y abogados deben esperar a la intemperie.
“Es preocupante la situación. El clima político ha subido la temperatura del diálogo migratorio y eso afecta la seguridad. Da miedo atender citas, no solo aquí, sino también en otras oficinas de inmigración donde la gente se congrega sin protección”.
Lo que para decenas de personas era un trámite de rutina se convirtió en una escena de miedo colectivo:
“No sabes si corres o te quedas… lo único en lo que piensas es en tu familia”, resumió uno de los testigos.















