Muertes
Hace 25 años un operativo policial que duró 50 días terminó en la tragedia de Waco
Alrededor de 80 personas, habían fallecido al final del asedio al complejo que comenzó el 28 de febrero de 1993. El operativo se extendió al 19 de abril.

Un tiroteo desató un operativo policial que duró más de 50 días cuando decenas de agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas realizaron un allanamiento en el complejo ubicado al este de Waco. El grupo se había enterado del inminente operativo, pero los agentes decidieron continuar. Cuatro oficiales murieron ese 28 de febrero, así como varios integrantes de la secta.
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La redada buscaba confiscar armas pues agentes tenían información de que el grupo estaba almacenando granadas y equipo considerado ilegal. Se planeaba arrestar al líder davidiano, David Koresh. Al día siguiente del intento, el FBI tomó el liderazgo en el asedio.
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David Koresh aseguraba ser Cristo. Sobrevivientes aseveraron luego que las armas eran para la batalla del fin del mundo. Niños que vivían en el complejo y fueron dejados en libertad antes de que el fuego lo consumiera, relataron que eran castigados con violencia física y las niñas se convertían en "esposas" del líder, según el reporte de un experto en psiquiatría.
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La esposa de Koresh, Rachel (izq.) y su madre Bonnie Haldeman, con el hijo del líder de la secta, Cyrus y Star (en manos de su abuela). Rachel se casó con Koresh cuando apenas tenía 14 años. A los otros niños del complejo, se les instruía para que consideraran a Koresh como su padre, según se conoció después.
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El 19 de abril, tras 51 días de acecho, el FBI lanzó gas lacrimógeno al interior de complejo de Monte Carmel. Horas después, los davidianos iniciaron una serie de incendios, según investigadores, y decenas de los seguidores de Koresh, incluido el líder del culto y niños, fallecieron. (Ron Heflin/Archivo AP)
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Un trabajador revisa los restos del complejo de los davidianos tras el incendio. Durante las negociaciones, 21 niños fueron dejados en libertad, pero muchos de los que murieron al final eran menores.
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El complejo tenía pasajes subterráneos que salieron a la luz tras la tragedia. El lugar no tenía agua corriente y las autoridades encontraron depósitos con desechos con heces, según un reporte del Departamento de Justicia. Algunos de los integrantes de la secta tenían tiros disparados por los propios miembros del grupo.
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Esta imagen muestra a cuatro de los sobrevivientes del culto mientras son escoltados a una corte en Waco.
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Uno de los menores entrevistados por el doctor Bruce Perry, encargado de evaluar el trauma que habían vivido, hizo este dibujo cuando se le preguntió que creía que pasaría en el complejo, mientras se mantenía el asedio. La niña ilustró una escalera rodeada de llamas que llevan al cielo.
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Guillermo Andrade (izq.) y amigos de la familia visitan la tumba de sus dos hijas a un año de la tragedia, en 1994, luego de los servicios fúnebres en California. Sus dos hijas y una nieta estuvieron entre los casi 80 seguidores del culto que murieron en el incendio que destruyó el complejo.
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