DALLAS, Texas. Genaro Nava entró al hospital para quitarse un tumor en el páncreas. Salió con algo que ningún paciente debería llevarse: un instrumento quirúrgico de 24 centímetros de largo y 6 de ancho, hecho de metal, olvidado dentro de su abdomen.
“Me dejaron un fierro adentro”: olvidan objeto tras cirugía de un hispano en Texas
Genaro Nava entró a cirugía en Dallas y salió con un objeto olvidado en su abdomen. Ahora, su historia llegó a los tribunales.

No era cualquier cosa: se trataba de un separador quirúrgico, una pieza curva que los cirujanos usan para abrir y mantener apartados los tejidos mientras trabajan.
Es pesada, rígida y visible en cualquier radiografía. Cuatro días después, el dolor y los vómitos lo llevaron de nuevo a la mesa de operaciones.
“Tenía que caminar yo con algo adentro del estómago”
Genaro, de 57 años y residente de Rowlett, llegó al Baylor University Medical Center para una pancreatectomía distal y extirpación del bazo.
Le habían dicho que sería una cirugía robótica, mínimamente invasiva.
En el quirófano, el plan cambió.
“Después de que me dijeron que era robótica, resultó que no”, recordó. “Ya no. Me tuvieron que abrir”.
Al despertar, empezó el calvario.
“Salí de operación con mucho dolor, sudando… me hicieron caminar en la noche, en la madrugada, en el día, con un pedazo de metal que yo no sabía. Tenía que caminar yo con algo adentro del estómago. Todo lo que yo sufrí… el dolor… es difícil.”
Ese “fierro”, como él lo llama, había quedado dentro mientras el equipo quirúrgico completaba otra parte del procedimiento: retirar un lipoma en su espalda.
En el cambio de posición, según el expediente, se omitió la radiografía de control que en casos así puede detectar un objeto olvidado.

La radiografía que habló
Durante tres días, Nava soportó dolor intenso, vómitos y presión arterial alta.
Una radiografía abdominal reveló la verdad: un objeto metálico vertical, 24 por 6 centímetros, en la línea media de su abdomen.
Lo volvieron a abrir: Encontraron el separador y drenaron líquido intestinal acumulado.
Lo cosieron de nuevo y comenzó una recuperación lenta.
Un error que no debería pasar
En medicina, indica la demanda, dejar un instrumento dentro de un paciente se llama “retención de objeto quirúrgico” y se considera un “never event”: algo que nunca debe ocurrir si se siguen los protocolos.
Estos incluyen:
- Contar cada gasa, aguja e instrumento antes y después de cerrar.
- Explorar la herida quirúrgica para confirmar que no queda nada.
En cirugías largas o con cambios de posición, tomar radiografías antes de terminar.
La demanda asegura que estos pasos no se cumplieron.
Las notas de enfermería muestran que el conteo de instrumentos fue reportado como “correcto”, aunque la radiografía de vigilancia no se hizo, afirman.
Lo que pide Genaro Nava
Su abogado, Les Weisbrod, presentó la demanda en el condado de Dallas contra el hospital y tres cirujanos.
Piden compensaciones que superan el millón de dólares, incluidos daños punitivos por negligencia grave.
Según el abogado, antes de demandar ofrecieron cerrar el caso por el máximo que permite la ley de Texas en daños no económicos:
- $250,000 por todos los médicos involucrados.
- $250,000 por la parte de enfermería.
En total: medio millón de dólares. El hospital no aceptó.
Baylor Scott & White Health expresó “profundo pesar” y dijo que mantienen protocolos de seguridad y aprenden de incidentes como éste.
No se han pronunciado sobre los detalles de la demanda.
Libre de cáncer… pero con cicatrices
Genaro Nava está hoy libre de cáncer, pero no libre de miedo.
Dice que la experiencia lo marcó: el dolor que sintió, la incertidumbre de no saber qué pasaba, el tener que caminar con “un fierro” adentro y el pensar que todo eso pudo haberse evitado.
“Yo no sabía… me hicieron caminar… todo lo que yo sufrí es difícil.”
Lo que deja este caso para la comunidad
- Nava solo habla español. Entender el procedimiento, los cambios y los riesgos en tu idioma es un derecho.
- Pregunta si se hicieron los conteos y, si la cirugía fue compleja, si tomaron radiografías antes de cerrar.
- Reconocer señales: Dolor creciente, fiebre, vómitos e inflamación son alertas para regresar al hospital.
- Pedir expedientes: Radiografías y notas operatorias son tuyas por ley.
La historia de Genaro Nava es un recordatorio incómodo: incluso en hospitales de renombre, los errores ocurren.
Y a veces, esos errores pesan tanto como el metal que dejó de ser herramienta para convertirse en pesadilla.













