Un estudio realizado por la Universidad de Syracuse en Nueva York revela que enamorarse no solo puede provocar una sensación de euforia parecida a la vinculada al consumo de cocaína, sino que también afecta las áreas intelectuales del cerebro.
Un estudio realizado por la Universidad de Syracuse en Nueva York revela que enamorarse no solo puede provocar una sensación de euforia parecida a la vinculada al consumo de cocaína, sino que también afecta las áreas intelectuales del cerebro.