De sede del KKK en Texas a símbolo del folklor mexicano: buscan darle un nuevo propósito a edificio de Fort Worth
Un edificio que fue sede del KKK (Ku Klux Klan) en Texas hace unos 100 años, ahora podría convertirse en símbolo del folklor mexicano y de las tradiciones de otras culturas.
El edificio está ubicado en el 1012 North Main Street, en Fort Worth, y al ser el espacio donde se reunía el KKK se usaba como un símbolo para intimidar a hispanos, afroamericanos y minorías, según documentos históricos.
La edificación aún está en pie y una organización quiere utilizar el espacio para un fin contrario al que tuvo en sus orígenes: traer sanación y promover la diversidad cultural, incluyendo el folklor mexicano.
Transform 1012 N. Main Street, una asociación sin fines de lucro, hará una reconstrucción del espacio que una vez se llamó Ku Kux Klan Klavern No. 101 Auditorium, para que sea un centro cultural. Lo rebautizarán como The Fred Rouse Center for Arts and Community Healing.
Ocho organizaciones forman parte del colectivo, entre ellas, SOL Ballet Folklórico, una escuela de artes y danza con sede en Fort Worth donde instruyen a niñas y niños sobre el patrimonio mexicano.
Un nuevo propósito para el edificio del KKK
“Queríamos hacer una diferencia en nuestro barrio”, comparte Román Ramírez, cofundador de SOL Ballet Folklórico. Esa era la razón principal por la que quería formar parte de este multiproyecto.
“Era uno de los edificios más grandes de la calle Main Street y estaba estratégicamente ubicado ahí como un recordatorio de advertencia dirigido a la ciudad, específicamente a los ciudadanos de color; todo lo que no sea blanco”, dice Román.
Los cofundadores del ballet pertenecen al consejo del proyecto y tienen varios planes para promover los temas desde su trinchera, como tener ahí sus shows anuales, poder traer grupos de México y otros países hispanos y eventos durante el Día de Muertos y el 16 de septiembre.
“Queremos que sea un lugar donde pueda venir la comunidad a aprender, no solo de la cultura mexicana, que es maravillosa –para los que no la conocen– pero de otros países y otras religiones, otras orientaciones sexuales; de todo va a haber en este edificio”, comenta Román.
Para el cofundador del ballet, el proyecto es necesario en Fort Worth. De hecho, el 35.1% de la población de ahí es hispana o latina, de acuerdo con datos del Buró de Censos.
Varios usos que se le quiere dar al edificio son como espacio de interpretaciones “de vanguardia”, para entrenamiento y programas artísticos, servicios para jóvenes LGBTQ+ desatendidos y espacios de exhibición sobre justicia social y derechos civiles, dice la organización.
También se planea usar como un espacio de creación y clases para hacer manualidades, como un lugar de vivienda económica para artistas y residencia para emprendedores y un mercado artesanal y de agricultura urbana al aire libre.
Las otras asociaciones que forman parte del proyecto son: DNAWORKS, LGBTQ SAVES, Opal Lee Foundation, Tarrant County Coalition for Peace and Justice, The Welman Project, Window to Your World y el 1012 Youth Council.
Los temas que abordan estas organizaciones son artes, justicia social, antirracismo, educación, medio ambiente y organizaciones que promueven la equidad.
¿Cuándo abre sus puertas este proyecto que antes era edificio del KKK?
El edificio estaría disponible a partir de 2025, dice la organización.
Este año el proyecto se encuentra en la etapa de estabilizar el edificio y comenzar con el proceso de solicitar arquitecto.
La construcción comenzará a partir de 2024, de acuerdo con información de la asociación.
El proyecto que antes era del KKK ahora será para la inclusión
Román es originario de Meoqui, Chihuahua, y llegó a Fort Worth con su familia cuando tenía 3 años. Para él es muy importante seguir conectando con la cultura mexicana por tratarse de sus raíces.
Pero este proyecto en particular toca una puerta cerca de casa para él: “yo crecí a cuadras del edificio 1012 North Main Street”, dice Román.
Él recuerda lo difícil que fue crecer en Estados Unidos cuando lo trataban mal en la escuela, en su caso, por tener un “acento” cuando hablaba inglés.
“Quiero que esos niños que fueron yo, un día entren por esa puerta y no les importe cómo hablen o que tengan acento”, dice el artista.
“Que se sientan recibidos, que se sientan amados, que se sientan que pertenecen”.