ARLINGTON, Texas. La música tiene un poder especial : puede despertar recuerdos que parecían perdidos, calmar la ansiedad y traer sonrisas incluso en medio de una enfermedad devastadora como el Alzheimer.
El poder de la música: alivio y memorias para pacientes con Alzheimer en Texas
Investigadoras de la Universidad de Texas en Arlington muestran cómo la música puede convertirse en medicina para el alma: despierta recuerdos, calma la ansiedad y brinda alivio a pacientes con Alzheimer y a sus familias, transformando el cuidado en momentos de conexión y esperanza.

Dos investigadoras de la Universidad de Texas en Arlington (UTA) están demostrando que, más allá del entretenimiento, la música puede convertirse en una herramienta de cuidado para miles de familias.
Música que despierta memorias
La profesora Kathy Siepker, de la Escuela de Trabajo Social de UTA, está desarrollando una aplicación que lleva la terapia musical directamente a los hogares.
El proyecto, apoyado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, utiliza inteligencia artificial para detectar el estado de ánimo de los pacientes y reproducir canciones familiares que ayuden a mejorar su bienestar.
“Alzheimer es una enfermedad progresiva sin cura”, explicó Siepker.
“Los medicamentos pueden retrasar un poco la progresión si se usan muy temprano, pero cuando se recibe el diagnóstico ya es tarde para la mayoría. Por eso las terapias no farmacológicas, como la música, son tan importantes”.
Según Siepker, escuchar canciones de la infancia o juventud despierta en muchos pacientes la capacidad de cantar, mover el cuerpo o incluso bailar, aun en etapas avanzadas de la enfermedad.
“Es asombroso ver cómo algo tan sencillo logra un efecto tan profundo, no solo en ellos, también en quienes los cuidan”.
Un desafío creciente en Texas
El Alzheimer afecta a más de 7 millones de personas en Estados Unidos.
En Texas, casi medio millón viven con este diagnóstico, lo que coloca al estado en el cuarto lugar nacional en número de casos y en el segundo por muertes relacionadas, según la Asociación de Alzheimer.
El costo económico anual supera los 24 mil millones de dólares para Texas.
Detrás de estas cifras están los cuidadores, familiares que a menudo enfrentan soledad, desgaste emocional y falta de apoyo.
Para Siepker, su investigación tiene tanto que ver con los pacientes como con esas familias que, en silencio, sostienen el día a día:
“La música también les da un respiro a ellos, un momento de conexión y alivio”.
De Glen Campbell a la ciencia
Otra investigadora de UTA, Rhonda Winegar, llegó al tema inspirada por el documental I’ll Be Me (de 2014), que retrató la batalla del legendario cantante country Glen Campbell contra el Alzheimer.
Aunque Campbell perdió muchas capacidades, nunca dejó de tocar su guitarra ni de cantar en el escenario.
Winegar, enfermera con más de 25 años de experiencia en neurología, asegura que la música puede retrasar la neurodegeneración y mejorar la comunicación.
“He visto pacientes que no podían hablar, pero al cantar eran capaces de expresar emociones”, dijo.
“La música reduce la ansiedad, calma la depresión y hasta regula la presión arterial”.
Terapia activa o pasiva
Winegar explica que la terapia musical puede ser activa (cantar, tocar un instrumento) o pasiva (simplemente escuchar).
Ambas funcionan, dependiendo de la situación.
En el caso de personas con Parkinson, escuchar música puede mejorar el ritmo al caminar; en pacientes con epilepsia, ayuda a disminuir la actividad eléctrica anormal en el cerebro.
“No importa si es country, rock o bolero. Lo que importa es que la persona disfrute esa música. A veces un metalero encuentra calma con guitarras distorsionadas y otros lo hacen con rancheras. La clave es la conexión personal”, afirmó Winegar.
Un futuro con música al alcance de todos
El objetivo de Siepker y Winegar es claro: acercar la música como herramienta de salud a más familias en Texas y más allá.
La aplicación en desarrollo busca que cualquier hogar pueda aprovechar esta terapia sin necesidad de un especialista presente.
“Al final, la música siempre ha estado ahí para acompañarnos en los momentos difíciles”, recordó Winegar.
“No cuesta nada encender la radio, poner un disco o buscar una canción en el celular. En el caso del Alzheimer, puede ser el puente para recuperar un recuerdo o simplemente para traer paz”.
Las investigadoras de UTA recuerdan que el poder de una canción puede ser tan fuerte como el de un medicamento.
En un estado donde miles de familias enfrentan este reto cada día, la música no es solo un refugio: es cuidado, memoria y esperanza.









