Juez ordena mejorar condiciones en centro migratorio de Broadview tras denuncias de abuso

CHICAGO, Illinois.- Un juez federal en Chicago ordenó a las autoridades mejorar de inmediato las condiciones en un centro de detención de inmigración en el suburbio de Broadview, tras una demanda colectiva en la que varios detenidos denunciaron haber sido mantenidos en condiciones “inhumanas”.

La orden judicial, emitida este miércoles, tendrá una vigencia de 14 días y obliga a los funcionarios federales a proporcionar a los migrantes colchonetas limpias, espacio suficiente para dormir, jabón, toallas, papel higiénico, cepillos y pasta dental, productos menstruales y los medicamentos que les hayan sido recetados.

El juez Robert Gettleman, quien preside el caso, calificó las condiciones descritas por los demandantes como “innecesariamente crueles”. Durante las audiencias, los migrantes relataron haber permanecido en celdas hacinadas, con inodoros desbordados, sin camas adecuadas y con agua que “sabía a drenaje”. El magistrado señaló que tales prácticas son “incompatibles con el trato humano básico” y adelantó que evaluará si la medida temporal debe extenderse.

La resolución llega en un contexto de creciente escrutinio hacia las prácticas de las agencias federales de inmigración en el área de Chicago. Paralelamente, la jueza Sara Ellis lleva un proceso independiente sobre presuntos abusos de fuerza cometidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas ( ICE) y la Patrulla Fronteriza durante manifestaciones realizadas frente al mismo centro de Broadview.

En una audiencia reciente, Ellis reprendió a los funcionarios por incumplir sus órdenes previas, que incluyen la obligación de usar insignias visibles, evitar el uso de gas lacrimógeno contra manifestantes pacíficos y portar cámaras corporales durante los operativos. La jueza incluso había instruido a un alto oficial, Greg Bovino, a reportarle cada noche sobre las acciones de los agentes, aunque una corte de apelaciones bloqueó temporalmente esa medida.

Bovino, un funcionario veterano de la Patrulla Fronteriza, fue mencionado en varios testimonios presentados en la corte. Videos difundidos como evidencia lo muestran lanzando granadas de gas lacrimógeno y derribando a un manifestante durante una protesta en Broadview. En su deposición, el oficial negó haber usado fuerza “reportable” y afirmó que solo hizo “contacto físico” sin intención de agredir.

¿Qué argumentos se presentaron sobre el uso de la fuerza en las protestas frente al centro migratorio de Broadview?

Entre los testigos que declararon se encuentra el reverendo David Black, quien aseguró haber sido golpeado con bolas de pimienta mientras oraba frente al centro de detención. Juan Muñoz, síndico municipal de Oak Park, dijo haber sido derribado y detenido durante el mismo incidente. “Me tiró al suelo y me quitó el teléfono”, relató.

También testificaron Leslie Cortez, una organizadora juvenil, quien dijo que un agente le apuntó con un arma mientras grababa el arresto de jornaleros frente a un Home Depot, y Emily Steelhammer, directora del sindicato de periodistas de Chicago, quien aseguró que reporteros locales fueron alcanzados por balas de goma y gas lacrimógeno durante las protestas.

Por su parte, el abogado del Departamento de Justicia Sarmad Khojasteh defendió la actuación de los agentes, argumentando que muchos manifestantes “arrojaron piedras, botellas y fuegos artificiales” y que algunos “amenazaron de muerte a los oficiales”. Según dijo en audiencia, “debe quedar claro que la libertad de expresión no ampara conductas obstructivas o violentas”.

Ambos procesos, el que cuestiona las condiciones de detención y el que investiga el uso excesivo de la fuerza, han puesto al centro migratorio de Broadview en el centro del debate sobre el trato a los inmigrantes y la rendición de cuentas de las agencias federales en el área de Chicago. Los jueces Gettleman y Ellis continúan evaluando las pruebas y podrían emitir nuevas órdenes en los próximos días.

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