Chicago, Illinois.- En la escuela primaria McCormick, ubicada en La Villita, estudiantes de segundo grado practican lectura en voz alta. Pero no lo hacen frente a su maestra, sino a Amira, un programa de inteligencia artificial que escucha, analiza, corrige y acompaña.
Amira, la IA que enseña a leer sin juzgar y acompaña a los niños en el aula
En la escuela primaria McCormick, estudiantes usan Amira, una herramienta de inteligencia artificial que los escucha leer en voz alta, los corrige con amabilidad y ayuda a los maestros a detectar errores que podrían pasar desapercibidos.

El estudiante elige una historia, empieza a leer y Amira lo sigue en tiempo real. Si se equivoca, el software le sugiere repeticiones o sonidos, pero sin regaños.
“Es amable,” cuenta Yalitza, estudiante. “Me dice con tranquilidad que tengo que repetir algunas letras.”
La maestra no se reemplaza, se potencia
Amira fue implementado por Escuelas Públicas de Chicago (CPS) como una herramienta de refuerzo para niños con dificultades de lectura.
En McCormick se usa desde hace un año y ha demostrado ser útil no solo para estudiantes, sino también para el personal docente.
“La diferencia es que, en vez de pasar horas creando planes y revisando lecturas, los niños trabajan solos y nosotras solo revisamos los reportes,” explica Nancy Pérez, maestra de McCormick.
Cada lectura queda grabada. Si el sistema no entiende una palabra, marca una alerta y la docente revisa el audio. La última palabra la tiene el maestro, no la máquina.
Desafíos de una tecnología prometedora
Aunque Amira ofrece ventajas, no es infalible. “A veces marca errores si no reconoce bien la voz del estudiante,” dice Claudia Barrera, tutora.
De hecho, el programa reconoce la voz específica de cada alumno, y si otro intenta leer en su lugar, lo detecta.
La implementación también ha requerido adaptación. Primero, los niños tuvieron que aprender a usarla correctamente. Luego, las maestras tuvieron que confiar en la tecnología. “Es algo nuevo, y las maestras a veces queremos hacerlo como ya sabemos,” admite Pérez.
Amira no reemplaza a nadie. Pero en manos capacitadas, puede ser una gran aliada. Aún hay dudas, especialmente sobre la privacidad, aunque CPS asegura que los datos de los estudiantes están protegidos.










