“Se nos pone la piel de gallina”, vecinos hablan sobre caso de abuso y homicidio de menor en San Antonio

Vecinos reaccionan al caso de Michael Miranda, el niño de 10 años presuntamente abusado y asesinado por sus padres adoptivos en San Antonio. La pareja enfrenta cargos por asesinato capital y se les fijó fianza millonaria.

Video Acusan a pareja de asesinato capital por muerte de su hijo adoptivo: resumen de las noticias del día

SAN ANTONIO, Texas.— Indignación e incredulidad son los sentimientos que embargan a los vecinos de la colonia Cielo Ranch, en el noreste de San Antonio, tras enterarse del caso de abuso físico y sexual que sufrió Michael Miranda, un niño de 10 años, presuntamente a manos de sus padres adoptivos.

“No, no, no se puede creer. Se nos pone la piel de gallina”, expresó una vecina al enterarse de los hechos ocurridos en la vivienda ubicada en la cuadra 5600 de Cielo Ranch.


Los residentes describen a Jonathan Miranda, de 34 años, y Christina Miranda, de 32, como una pareja normal, no sospechaban del infierno que vivía Michael a unos metros de sus casas.

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“Lo veíamos normal. El señor siempre estaba ahí afuera bañando a su perro. Los niños jugando, sacaban su basura. O sea, todo normal. La señora también ahí andaba regando sus plantas, pero no más. O sea, todo normal”, dijo un residente en entrevista para Univision.

Frente a la vivienda de la familia Miranda, ahora reposa una vela y una flor como muestra de duelo por el menor.

Lo que sabemos del caso

De acuerdo con documentos judiciales, Michael fue encerrado durante al menos un año en un cuarto de lavado donde era torturado diariamente, hasta que falleció a causa de sus heridas.

Jonathan Miranda y Christina Miranda, sus padres adoptivos, fueron arrestados y enfrentan cargos de asesinato capital y maltrato infantil. Un juez les fijó una fianza de 1,500,000 millones de dólares a cada uno.

Investigadores hallaron manchas de heces, rastros de violencia y una cartulina usada para llevar un registro de los castigos. Sus hermanos contaron que era golpeado, levantado por los pies y arrojado al suelo.

La autopsia reveló fracturas en distintas etapas de curación, un intestino perforado y lesiones compatibles con abuso sexual.


El golpe en el abdomen que perforó su intestino fue la causa de muerte. Además, se confirmó que vivía en condiciones de desnutrición y sin atención médica.

Otros menores que residían en la vivienda fueron puestos bajo custodia de las autoridades mientras se investiga si también fueron víctimas de abuso.

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El caso ha generado indignación y tristeza entre los residentes, quienes aseguraron que la familia aparentaba una vida cotidiana “normal” y nunca notaron señales de lo que ocurría puertas adentro.

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