Lo que el odio destruyó: los daños millonarios del atentado contra el gobernador de Pensilvania

Al amanecer del 13 de abril, el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, su esposa Lori y sus cuatro hijos tuvieron que ser desalojados de la residencia oficial a causa de un incendio "provocado". Un día más tarde, Cody Balmer, arrestado por el atentado, confesó que actuó movido por "odio".

Por:Univision

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El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, se salvó de la muerte y de los golpes que, según la policía, Cody Balmer quería darle el 13 de abril, en horas de la madrugada. El hombre de 38 años está arrestado por prenderle fuego a la Residencia del Gobernador, provocando que fueran evacuados de emergencia el primer ejecutivo, su esposa Lori, sus cuatro hijos, otros familiares que tenían invitados la noche del sábado, y sus dos perros.

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En esta imagen provista por Commonwealth Media Services se observan parte de los daños que causó el incendio en la Residencia del Gobernador, un edificio que desde que abrió sus puertas en el 1969, forma parte de la historia del estado, en Harrisburg, Pensilvania. Preliminarmente, los daños se estiman en más de 1 millón de dólares, pero aún no se ofrece una cifra oficial.

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Según la Policía Estatal de Pensilvania, una expareja de Cody Balmer les marcó el mismo domingo, poco después de que él le confesara los hechos. El sospechoso del atentado contra el gobernador Shapiro y su familia se entregó en horas de la tarde.

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Cody Balmer enfrenta cargos de intento de asesinato, terrorismo, incendio agravado y asalto agravado.

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La investigación preliminar de las autoridades en Pensilvania refleja que el acusado subió por la verja de hierro, que tiene una altura de 2 metros (equivalentes a 7 pies) y está monitoreada por cámaras de seguridad. Al ser divisado invadiendo la propiedad, oficiales lo persiguieron, pero en algún punto se les desapareció.

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Al poco tiempo, el reporte de la Policía Estatal de Pensilvania establece que el sospechoso, Cody Balmer, irrumpió en la Residencia del Gobernador, que tradicionalmente sirve de vivienda para el incumbente en turno. Entró por el ala sur, reservada para exhibiciones de arte y ofrecer eventos de entretenimiento.

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En la propiedad hallaron dos botellas de cerveza rotas y ambas contenían gasolina. Balmer está acusado de encender dos bombas molotov, provocando un incendio que dejó las paredes carbonizadas, al igual que un piano, mesas, platos conmemorativos y platos de buffet, entre otros artículos.

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La explosión quebró los vidrios de varias ventanas y las llamas quemaron puertas del edificio, impactando la estructura. El teniente coronel George Bivens dijo que el ataque pareció ser bien planificado, pues Balmer no estuvo más de un minuto adentro.

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Los ladrillos alrededor también quedaron ennegrecidos. A pesar de los daños, no hubo muertes que lamentar.

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Poco después de esta conferencia de prensa, el lunes 14 de abril, Brian Enterline, jefe de bomberos de Harrisburg, declaró al New York Post que Balmer debe ser enviado al Centro de Confinamiento del Terrorismo en El Salvador, la prisión conocida como el CECOT.

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Si Cody Balmer resultara culpable, el Jefe de los Bomberos de Harrisburg desea "que lo enviaran a El Salvador por un delito grave y lo apoyo totalmente [...] No tiene por qué disfrutar de los lujos que ofrecemos aquí en Estados Unidos".

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La declaración jurada que contiene su confesión, lee que Balmer "admitió albergar odio hacia el gobernador Shapiro". El individuo quería pegarle con un pequeño mazo, especificó.

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Christie Balmer, madre del acusado, denunció públicamente que su hijo padece trastornos de salud mental y no había podido recibir la medicación. "No estaba tomando su medicina", para el trastorno bipolar y esquizofrenia, aseguró.

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El gobernador Josh Shapiro dijo que aún no sabía "el motivo específico de la persona”, para intentar hacerle daño. Aprovechó el momento, durante una conferencia de prensa este 14 de abril, para reiterar que "este tipo de violencia no está bien. Este tipo de violencia se está volviendo demasiado común en nuestra sociedad. Y no me importa si viene de un lado en particular o del otro, dirigido a un partido en particular o a otro, o a una persona en particular o a otra. No está bien y tiene que parar. Tenemos que ser mejores”.

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Coincidió el presidente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, quien comentó que "el atacante no era fanático de nadie. Y ciertamente, algo así no se puede permitir que suceda”.

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