Un epidemiólogo de Atlanta se sintió mal hace 14 días, se fue a casa y no lo han encontrado

Han pasado dos semanas desde que Timothy J. Cunningham desapareció. La tarde del 12 de febrero, el epidemiólogo se sintió mal en su trabajo en los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) y decidió marcharse a casa. Nunca más se supo de él y ahora, las autoridades en Atlanta están ofreciendo 10,000 dólares de recompensa para quien pueda dar alguna información de su paradero.
"Me siento como si estuviera en un horrible episodio de 'Black Mirror' (en alusión a la serie de ciencia ficción)", dijo al diario The New York Times su hermana, Tiara Cunningham. "Me siento perdida sin él, para ser honesta", añadió.
Timothy Cunningham, de 35 años, había sido ascendido en julio a comandante en el Servicio Público de Salud de Estados Unidos en Atlanta, donde residía. Contribuyó en la respuesta sanitaria a los recientes brotes de zika, ébola y a las emergencias que dejó el huracán Sandy. Se graduó como epidemiólogo en la Universidad de Harvard.
Su hermana fue la última persona que supo de él, justo el mismo día que desapareció. Hablaron por teléfono, como suelen hacer hasta varias veces al día. Pero esa última llamada tuvo un tono diferente.
"Él se escuchaba como si no fuera él", dijo al Times sin dar más detalles. Aunque se despidieron como siempre, con un "te amo" y un "hablamos luego". Más tarde, ella le envió un mensaje de texto que no tuvo respuesta. Tampoco respondió los mensajes de su madre.
Un familiar se acercó entonces a la casa del joven: estaba cerrada, pero había dos ventanas abiertas, por lo que los padres decidieron ir a la vivienda.
Cuando entraron, solo encontraron a su perro, Bojangles, y se notaba que llevaba horas sin recibir atención, lo cual les pareció extraño. Hallaron además la cartera de su hijo, su teléfono celular, las llaves de su carro, la licencia, el pasaporte y el vehículo estaba estacionado en la casa.
Su padre Terrell Cunningham asegura que la familia tiene razones para preocuparse por el joven, pues tenía "muchas cosas ocurriéndole" tanto en el trabajo como en lo personal.
Hasta el domingo, el Departamento de Policía de Atlanta no habían tenido rastros del epidemiólogo. Cunningham es buscado por las autoridades y por su familia, que decidió emprender su propia investigación.
"Solo esperamos que regrese a casa a salvo. Nada de lo que ha pasado tiene sentido. No puede evaporarse de esta forma, dejar a su perro solo y a mi madre con esta angustia", dijo su hermano Anterio a la cadena local de Fox News.
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