Precaución: Esto es lo que le pasa a tu cuerpo cuando te expones al calor extremo
El cuerpo humano está adaptado para trabajar a determinadas temperaturas, por lo que cuando el calor extremo llega, debemos tener cuidado de no sobrepasarlas o podríamos sufrir daños irreversibles.
Estudios recientes señalan que nuestro cuerpo dejar de funcionar de manera adecuada cuando la
temperatura exterior sube a más de 104º grados Fahrenheit, pues nuestro sistema está adaptado para trabajar en un rango de temperaturas de entre 97º y 99º grados Fahrenheit.
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Cuando el entorno supera la temperatura corporal normal, el cerebro busca enfriar el cuerpo elevando el flujo de sangre para llevar el calor desde nuestro interior hacia la superficie,
provocando la transpiración, y a medida que el sudor se evapora, el cuerpo se enfría.
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Pero en
climas cálidos y secos,la sudoración se vuelve menos efectiva, por lo que la sangre no se enfría, lo que provoca que
temperatura central del cuerpo aumente, lo que puede desencadenar una serie de síntomas que podrían provocar daños irreversibles.
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Cuando la temperatura del cuerpo alcanza los 102º grados, el cerebro manda señales para reducir la actividad y la persona comienza a sentirse fatigada. A partir de los 104º se puede sufrir un
golpe de calor y después de los
105º grados el cuerpo comienza a apagarse.
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Las víctimas empiezan a sufrir
alucinaciones o tener convulsiones; su piel se torna caliente y seca, después los órganos comienzan a dejar de funcionar adecuadamente pues las células se deterioran provocando daños irreversibles, lo que puede llevar a un paro cardíaco.
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Las personas pueden sufrir una
falla multiorgánica que afecta primero a los riñones, provocando que estos liberen peligrosas toxinas en el cuerpo y afectando a los demás órganos, que rápidamente comienzan a fallar uno por uno hasta que la persona finalmente muere.
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Es por esto que si tu temperatura corporal supera los 103º grados o tienes síntomas como dolor de cabeza palpitante, mareo, náuseas o pulso rápido y fuerte,
debes dirigirte a un lugar fresco y sombreado, si es posible toma una ducha fría y mantente hidratado.
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Si presentas piel roja, caliente y seca sin sudoración, o empiezas a perder el conocimiento, es momento de
solicitar asistencia médica inmediata. Si tienes más visita a tu médico o consulta la página de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.