PHOENIX, Arizona.- Cuando se casó, María Rodríguez dejó la universidad para formar una familia. Luego se divorció y tuvo que salir adelante sola con sus dos hijas.
“No es solo educar con palabras, sino con hechos”, dice madre soltera que regresó a la universidad a los 44 años
Actualmente 40% de la población en Arizona tiene un título universitario, y los hispanos tienen uno de los índices más bajos de educación superior en el estado. Sin embargo, nunca es tarde para regresar a la universidad. Hay recursos y asistencia financiera para estudiantes adultos.

“Siempre eran excusas, hasta que mis hijas crecieran, hasta que fueran a la escuela, ya fueron a la escuela, entonces hasta que encontraran trabajo y después de muchos años, ya no había excusas de por qué no seguir lo que empecé”, cuenta Rodríguez.
A sus 44 años, esta madre soltera decidió superar sus temores y volvió a la universidad.
“¿Podré hacerlo? ¿Estaré capacitada? ¿Qué va a decir la gente? Me acuerdo la primera vez que me senté en el aula, y me dije mejor me pinto el pelo porque esta canita no me está encajando aquí la verdad”, cuenta y ríe recordando esos primeros días de estudiante ya de adulta. “Poco a poco me di cuenta que estaba tomando nota mejor, el siguiente semestre fue más ligero, y ya no me miraba como la viejita de la clase sino como la estudiante”.
Graduarse de licenciada en sicología no solo le abrió puertas y la ayudo económicamente para sacar adelante a su familia.
“No solo de educar con palabras sino con hechos, con acción”, dice Rodríguez. “No solo decirle a mis hijas ustedes pueden hacer todo lo que se proponen, sino que también miraran que si yo lo pude hacer, por qué ellas no”.
Actualmente 40% de la población en Arizona tiene un título universitario y los hispanos tienen uno de los índices de educación superior más bajos.
“La gente que tiene preparación más allá de la preparatoria o post secundaria en el estado es de 40%, pero en la comunidad Latina solo estamos en 22%”, dice Violeta Ramos, consejera de College Success Arizona.
ACHIEVE60AZ, una alianza de más de 150 organizaciones y entidades educativas tiene como objetivo llegar del 40% al 60% de la población con título universitario para el año 2030, pero según su más reciente informe, para lograrlo, hay que enfocarse en las minorías como los latinos y en particular los adultos.
“Faltan nueve años más, y eso se traduce en un millón de personas más con educación superior, los que están en la preparatoria van a poder ser parte de ese número, pero sabemos que no va a ser suficiente. Por eso también el otro objetivo es concentrarnos en los adultos, en que vayan a la escuela a recibir certificaciones, y otro tipo de educación”, explica Ramos.
Los estudiantes adultos tienen necesidades únicas, pero para ayudarlos, hay flexibilidad en horarios y tipos de clases. Ramos explica que la clave es que el estudiante busque lo que mejor se ajusta a su circunstancia y que no se ponga presión en tomar más créditos de los que puede.
“Los colegios comunitarios tienen muchos programas, tienen clases en todos los tiempos del día, en la mañana, tarde, noche, también hay programas que son por internet, ahora casi todos son en línea”, dice.
También hay recursos comunitarios y apoyo financiero disponible para esta población estudiantil adulta.
“Hay muchísimas becas para mamás solteras, para adultos que quieren regresar a la escuela, el chiste es buscarlas y tomar el tiempo, de escribir los ensayos, de contar la historia de uno para poder recibir ese tipo de ayuda”, asegura la consejera de College Success. “El FAFSA está disponible para todos los estudiantes independientemente de la edad. Se puede ver qué subsidios ofrecen las universidades o los colegios”.
El nivel de educación no solo mejora la calidad de vida de la persona y de su familia, sino también la economía del estado.
“Al tener más gente educada al estado, trae más negocios y eso se traduce en más trabajos”, dice Ramos.
“Nunca es demasiado tarde para nada”, agrega Rodríguez.







