PHOENIX, Arizona. - Cientos de personas desaparecen cada año sin dejar rastro, son buscados por mucho tiempo sin ninguna respuesta, pocos saben que muchos casos han sido resueltos con la ayuda de perros entrenados que utilizan su olfato para guíar a las autoridades.
El mejor amigo del hombre entrenado para encontrarlo hasta en la muerte
Los perros se han convertido en una pieza clave de las autoridades para esclarecer crímenes y encontrar personas desaparecidas a través del hallazgo de restos óseos.

Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre y quizás si lo sea, tanto que logra detectar su olor, aun cuando sus restos están bajo tierra o agua.
“Hemos encontrados a varias [persona] ahogadas, cuerpos enterrados. También hemos encontrado a quienes han muerto por estar expuestos a las condiciones del tiempo”, dijo Kristi Smith, entrenadora de perros.
Los entrenadores esconden varias cosas a lo largo de millas como huesos, dientes, placentas, entre otros artículos para que el perro aprenda a detectar cuales son los restos humanos y no se confunda con restos de otros animales.
El perro sale a la búsqueda de los objetos, encuentra algo y regresa rápidamente a donde espera la entrenadora y la lleva hasta el lugar, espera y le muestra el lugar exacto donde está el hallazgo. Ella lo premia con un juguete, así funciona el entrenamiento.
Una habilidad de los caninos que en algunos casos va más allá de sólo encontrar restos humanos, ellos pueden detectar si están tratando con la escena de un crimen.
“El perro indicó que un crimen se había cometido en ese lugar pero el cuerpo no estaba ahí, entonces teníamos una escena de crimen y no pasaron ni 45 minutos cuando encontramos el cuerpo enterrado”, comentó Smith. Ella se refería al caso de Pedro Corzo, el ejecutivo de la empresa Monte Foods, quien fue asesinado en una área desértica, según los reportes.
Corzo desapareció el viernes 9 de enero de 2004 en un viaje de trabajo, luego se descubrió con el trabajo de los perros, que dos hombres estuvieron involucrados en su asesinato, uno de ellos enfrenta una sentencia de prisión de por vida.
Smith comentó que el perro, al olfatear el auto de Corzo, pudo detectar que un crimen se había cometido. Esto gracias a los entrenamientos.
“Hacemos un simulacro de que alguien mata a una persona, lo arrastra y después lo entierra, así que va haber una gota de sangre por aquí, otra por acá, por allá”, explicó la entrenadora.
Estos entrenamientos son importantes para las autoridades en momentos cuando en su invetigación se encuentran en una calle sin salida.
“Hay veces que tenemos una muy buena idea de qué fue lo que pasó pero un tiempo muy difícil al querer comprobar que eso fue lo que sucedió y cuándo. Esa realidad existe y cuando llegas a ese punto debes continuar peleando para comprobar qué fue lo que pasó”, dijo Tony Rodarte, detective del Condado Maricopa.
Cientos de familias esperan una respuesta o una resolución para cerrar el doloroso ciclo de no saber qué pasó con su ser querido.
Las autoridades indican que actualmente hay entre 6,000 y 8,000 personas reportadas como desaparecidas en la ciudad de Phoenix, que parece que 'fueron tragados por la tierra'.
"Hay varios recursos y los caninos son uno de ellos, son muy resistentes, pueden trabajar en cualquier terreno, qué es algo muy importante para nosotros ya que estamos en una área muy rural en el Condado Maricopa", indicó el detective Rodarte.
Los caninos pueden sentir el olor a descomposición humana aunque se encuentre bajo agua debido a que las toxinas que produce el cuerpo suben a la superficie y esto alerta al animal.
Estos casos se han visto antes, en diciembre del 2004, perros de AZ Star, una organización que provee servicios de entrenamiento y asistencia, encontraron el cadáver de Jack Cololias en el Rio Salado, el estudiante de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) había sido reportado como desaparecido dos semanas antes, pero los casos no siempre se resuelven tan rápidamente.
"Los números de personas desaparecidas en este momento en Phoenix son de seis mil a ocho mil adultos y niños", dijo Mercedes Fortune, vocera del Departamento de Policía de Phoenix.
“Tenemos investigaciones donde no tenemos absolutamente nada, ningún punto de partida. Quizás tenemos el lugar donde los vieron por última vez, la fecha y la hora si tenemos suerte y a veces desafortunadamente esa información es incorrecta”, enfatizó Rodarte.
Con la falta de información, varios de estos quedan en el limbo, casos abiertos por años que permanecen así hasta que llega nueva información como el caso de Isabel Celis, la menor de Tucson que estuvo cinco años desaparecida. Sus restos fueron encontrados a principios de marzo, se presume que gracias a la ayuda de perros entrenados.
“Los casos nunca se dejan de trabajar, se le sigue pidiendo información al público pero llega un punto en cual ya no hay información nueva, uno como detective no se da por vencido”, profundizó Fortune.
Según Rodarte, hay familiares con muchas preguntas, detectives cuyo trabajo es entregar resultados y en esas búsquedas el mejor amigo del hombre puede encontrar las esperadas respuestas.
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