Así se descubrió la fosa clandestina más grande de México a partir de un mapa dibujado a mano

Tras analizar las posibilidades y luego de juntar dinero, 90 madres de personas desaparecidas se pusieron en marcha y comenzaron a buscar fosas. Estas familias han tenido que vender ropa, hacer colectas y ocupar sus ahorros porque, como explica Volga de Pina Ravest, abogada del Colectivo Solecito, las brigadas de rastreo cuestan “mucho dinero, cientos de miles de pesos”.

Empezaron a cavar a mediados de agosto de 2016. Y pronto descubrieron que el mapa dibujado a mano les había llevado hasta un macabro descubrimiento. A los siete meses de empezar las excavaciones, todavía hoy siguen saliendo cadáveres. Pero igual de inaudito está siendo la poca ayuda para desenterrar y poner nombre a los muertos. A pesar de encontrarse ya 253 cráneos en esta zona , solo dos cuerpos han sido identificados hasta ahora. Lo que no parece que vaya a cambiar, dado que el estado de Veracruz se encuentra quebrado, luego que el exgobernador Javier Duarte presuntamente desvió cerca de 80,000 millones de pesos (casi 4,000 millones de dólares).

Una fuente pericial consultada por Univision Noticias explica que cada prueba genética cuesta alrededor de 25,000 pesos (más de 1,000 dólares) a eso se tienen que agregar otros exámenes y un proceso judicial para finalmente identificar un cuerpo.

El actual fiscal de Veracruz, Jorge Winckler, reiteró este semana que no hay dinero para hacer las pruebas genéticas. A pesar de ello, las madres buscadoras del Colectivo Solecito han comenzado a pedir la ayuda del gobierno federal para que por fin los cuerpos encontrados sean identificados, porque saben que existe la posibilidad que uno de los cadáveres podría ser el de su hijo, hija, esposo o sobrino.

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