Tras retirarse como miembros de alto rango de la monarquía británica, los duques de Sussex están decididos a resguardar su privacidad. En días recientes, Meghan Markle y el príncipe Harry han extremado el sistema de seguridad de su nueva mansión en Canada cubriendo con lonas las entradas a la propiedad e instalando cámaras en la playa que rodea su hogar para evitar que la prensa o los curiosos puedan acceder o asomarse a su residencia.