La duquesa de Cambridge participó este jueves en la regata Copa del Rey, en la Isla de Wight, Reino Unido. Al terminar la competencia, dejó a sus dos hijos mayores, los príncipes Charlotte y George, al cuidado de sus padres, para ella poder ir a la ceremonia de premiación junto a su esposo, el príncipe William. No tenía idea de que algo más podría salirle mal.